Educación infantil: «Guardería sí, guardería no»
La educación infantil engloba a los niños desde su nacimiento hasta los seis años de edad y pertenece a una etapa no obligatoria.
La Educación Infantil tiene como objetivo, contribuir al desarrollo físico, sensorial, intelectual, afectivo y social de los niños. Además, se ordena en dos ciclos, el primero comprende hasta los 3 años y el segundo desde los 3 a los 6 años de edad.
Son muchas las dudas que surgen entre los padres cuando se trata de decidir qué es mejor para los niños, sobre todo en lo que a educación se refiere, por eso la Dra. Lucía Galán con su artículo, “Guardería sí, guardería no», tratará de despejar algunas de ellas:
“Estamos pensando en apuntar al niño a la guardería; en casa se aburre”
Y yo, entonces, pienso: “Ay, si el niño hablase…»
Si yo pudiera preguntarle a Pedrito: ¿Qué prefieres, levantarte cada día a la hora que te plazca, o madrugar todos los días para salir de casa, llueve o granice, a las ocho de la mañana? ¿Qué prefieres, que la abuelita te de la comida sentado en tu trona como un señor o esperar el turno junto con otros 12 niños a que te traigan el puré? ¿Qué te gustaría más, dormir la siesta en tu cunita tranquilo o acostarte en una habitación con otros 10 niños? ¿Qué prefieres, los besos y abrazos de tu profe o los besos y abrazos de tus papás y abuelos?
Tras la incorporación de la mujer al mundo laboral, nuestros hijos han de ser cuidados y atendidos por otras personas desde apenas los 4 meses de vida. Con las pocas facilidades que tenemos a la hora de conciliar nuestra vida familiar con el trabajo, no cabe duda que las guarderías y escuelas infantiles realizan una maravillosa función cuidando a nuestros niños. Son profesionales de la materia y saben cómo hacerlo. Pero ahí va mi pregunta: ¿Es la mejor opción?
En el Congreso Nacional de Pediatría del año pasado celebrado en Sevilla, la respuesta fue clara y concisa: Los pediatras recomiendan no escolarizar a los niños antes de los 2 años.
“Me da pena que esté en casa, que no juegue con niños”- me dicen muchos padres.
Los niños hasta los 2 años, incluso más, no tienen ningún interés por sociabilizarse. Estamos en los años más importantes de su desarrollo emocional. Esta etapa es vital para asentar unas buenas bases afectivas. Durante estos meses de vida, lo único que necesita el niño es ver todos los días a sus padres, o a sus dos papás o a sus dos mamás o a su mamá/papá en caso de familias monoparentales… cada vez hay más modelos familiares y TODOS son igual de válidos. Necesita sus rutinas, su casa, sus horarios, sus besos y abrazos, su “minimundo”. No tiene ninguna necesidad de saber que hay allí fuera. No le interesan los otros niños, ni siquiera los otros adultos que no sean sus familiares más cercanos. ¿Qué pasa si ponemos a un niño de 12 meses en una habitación con otros 10 niños de esa edad? Cada uno irá a su aire; es más, lo más probable es que sientan angustia al perder de vista a su madre/padre y se pasen parte del tiempo mirando a la puerta a ver en qué momento reaparecen.
Así que yo a estos padres les digo: “No tengas pena porque esté en casa. Alégrate de que tengas a alguien de confianza que lo pueda cuidar a él solito en exclusiva. O siéntete afortunada de ser tú misma la que puedas llevarle al parque para disfrutar de él y del entorno”.
“Ya sé que se pondrá malito más a menudo pero así, cuando empiece el cole a los 3 años, ya estará inmunizado”- Os suena ¿verdad?
Los niños que van a guarderías tiene una media de entre 8 y 10 procesos febriles al año. Esto supone un episodio al mes si descontamos el verano, en el que espero, estarán disfrutando de sus padres en la playa o en la montaña.
Los niños que acuden a guarderías tienen el doble, incluso el triple más de posibilidades de caer enfermos que un niño que no va. Hablamos de otitis medias, resfriados, conjuntivitis, gastroenteritis, bronquitis, neumonías. Además, tomarán más antibióticos y más tempranamente que el resto.
No hay estudios contrastados que defiendan la teoría que posteriormente se inmunizarán. Hay más de 200 virus descritos causantes de infecciones respiratorias; sería imposible inmunizarse a todos ellos. Yo me pregunto ¿Qué es preferible, tener a Pedro en casa enfermo con fiebre y sin comer a los 4 años o que esto mismo le ocurra con 11 meses?
Además, la inmunidad de los niños no está del todo desarrollada hasta los 2-3 años de edad, por lo que se defienden mal ante las infecciones. El mismo virus a un niño de 6 meses lo puede dejar en cama una semana y a un niño de 4 años apenas provocarle síntomas o si se presentan, ser muy leves.
Otra de las frases estrella es: “En la guardería se espabilan rápidamente”. Y yo siempre pienso: Puro instinto de supervivencia.
“En la guardería le quitaron el pañal, le enseñaron a coger los cubiertos, a comer de forma ordenada, aprendió los colores”
Cuando escucho todo esto, mi reflexión es la siguiente: si no van a la guardería ¿no aprenden a comer con cubiertos? ¿Es imposible quitarles el pañal sin que hagan pipí por todas las esquinas de la casa durante meses? ¿No aprenderán nunca los colores? Es evidente que todos los niños sanos aprenden este tipo de cosas si se las enseñamos.
No hay estudios científicos que demuestren que los niños que han acudido a la guardería tienen más habilidades sociales o éxito profesional en el futuro. Al año de estar todos en el colegio, apenas se encuentran diferencias significativas entre los que han ido y los que no.
Suelo decirles a mis pacientes que las guarderías y las escuelas infantiles son una excelente solución a un problema que es: “No tengo con quien dejar a mi hijo cuando me incorpore al trabajo”. Efectivamente, si no tenemos quien se encargue de nuestros hijos, ¿Quién mejor que una serie de profesionales expertos en la materia? Ahí estamos de acuerdo. En ese momento, buscaremos la mejor de las opciones; visitaremos las guarderías o escuelas infantiles, preguntaremos cuántos niños hay por cuidador, valoraremos las instalaciones en su conjunto, jardines, áreas de recreo, de descanso e intentaremos que el niño esté las menos horas posibles. Pero si tenemos la posibilidad que nuestros hijos se críen de forma natural, sin exposición a infecciones, sin horarios tan estrictos, con la comida casera, y los paseos matutinos al parque de la mano de un familiar o de alguien de confianza, mejor. Ya tendrá tiempo de madrugar y asumir responsabilidades cuando empiece el colegio.
Sé que este es un tema que genera controversia. Además, he de confesar que mi experiencia personal fue muy positiva en el sentido de que ninguno de mis hijos fue a guardería porque ya entonces (con mi recién estrenado título de Pediatra casi a la vez que el de Mamá) pensaba igual que pienso ahora. Tuve la suerte de tener a alguien de total confianza que cuidara a mis hijos mientras yo trabajaba. Fue duro separarme de ellos cuando tenían sólo 4 meses pero las exigencias laborales actuales no nos ofrecen demasiadas alternativas. Cuando cumplieron los 3 años, entraron en el colegio sin problemas. Felices y contentos, asumiendo su nueva situación: “Ya soy mayor” y con ansia de explorar el mundo escolar que les rodeaba. Mucho me temo que ese “ansia” por explorar el colegio ya ha desaparecido, y tras varios años de madrugones y deberes, lo que desean de verdad es recuperar la libertad que les da las vacaciones. C’est la vie!
En definitiva, la educación infantil de tus hijos está en tus manos.
Dra. Lucía Galán Bertrand.Pediatra
Hospital Vithas Medimar Internacional
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