Obesidad infantil: Un problema en aumento, ¿qué estamos haciendo mal?
La obesidad infantil ya no es sólo un problema estético, es un problema de salud y de pérdida de calidad de vida: problemas psicológicos, acoso escolar, hipertensión, diabetes y enfermedad cardiovascular. Y todos estos problemas se están generando a edades cada vez más tempranas.
Nuestro país avanza, las nuevas tecnologías están al alcance de todos y, con ellas, la información nos inunda. Los padres de ahora tienen más información de la que jamás hayan tenido nuestros progenitores. Algunos padres entran por la puerta con la típica frase: “Es que he mirado en internet y…”. Miedo me da. He de reconocer que en ocasiones me echo a temblar. Hay familias que han hecho una búsqueda por internet tan avanzada del problema de sus hijos que yo misma les pido las fuentes.
Las madres, en su mayoría, están integradas en el mundo laboral más fiero, a los padres les ocurre lo mismo. Somos una generación de “jovenes” cualificados y sin embargo, la obesidad infantil en España no para de crecer. ¿Qué está pasando?
Según el estudio ALADINO (Estudio de Vigilancia del Crecimiento, Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España, 2013) se observó una prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y niñas españoles de 6 a 9 años de un 44,5% (26,2% sobrepeso y 18,3% obesidad)
Lo que supone que 1 de cada 2 niños tiene exceso de peso. Según el citado estudio, los factores asociados a mayor riesgo de desarrollar obesidad son:
– Ser varón
– Mayor peso al nacer
– No desayunar
– Polideportivo lejos de casa
– Realizar la comida principal en casa en lugar de en el colegio
– Padres que consideran inseguras las rutas de ida y vuelta al colegio
– Más tiempo dedicado actividades de ocio sedentarias
– Dormir un menor número de horas
– Hijos de padres fumadores y/o con sobrepeso u obesidad
– Menores ingresos familiares
Hay muchos niños y adolescentes que no desayunan o desayunan mal. Como habéis visto, esto es un factor de riesgo para desarrollar sobrepeso y obesidad infantil.
Pero es que además, en el desayuno, deben consumir el 25 % de las calorías totales de la jornada. Esa energía es vital para afrontar un nuevo día tras más de 8 horas de ayuno. Si no desayunan, podrán sufrir problemas de concentración, cansancio y apatía.
¡Levántate un poco antes y prepárales un buen desayuno! Siéntate con ellos a desayunar: debemos dar ejemplo.
¿Qué es un buen desayuno?
– Lácteo: leche, yogur, queso fresco.
– Cereal: Pan, cereales no chocolateados (estos, llevan excesos de grasas «trans», muy dañinas para tus hijos), galletas sin chocolate.
– Fruta: en trozos o en zumo NATURAL.
– Grasas: preferiblemente aceite de oliva para las tostadas.
DESAYUNAR, como casi todo en la crianza, es un hábito que se va creando día a día. Esfuérzate en pasar 15-20 minutos sentado con tus hijos a la mesa, compartiendo las tostadas recién hechas y el zumo de naranja natural.
¿Y qué le pongo de almuerzo?
En los últimos años, parece estar de moda almorzar a media mañana en el colegio. Yo no recuerdo haber llevado nunca un tentempié a la escuela cuando era niña. Si los niños disfrutan de un buen desayuno, no sería necesario. Aún así, si se lo vamos a preparar, no olvides estos consejos:
– Huye de los zumos envasados. No le aportan NINGÚN beneficio a su dieta, sino todo lo contrario. Nutricionalmente son calorías muertas (mucha caloría poco nutritiva); aumentan de forma importante el riesgo de padecer caries, de obesidad y sobrepeso; les sacia tanto que los niños que son malos comedores ya no prueban bocado a la hora de la comida; y además, se acostumbran a combatir su sed con refrescos.
– Los niños han de beber AGUA: ponle una botellita de agua fresca.
– Evita bollería, chocolate, galletas y demás comida preparada y envasada. Sé que es cómodo y te lleva 2 segundos sacarlo de la despensa y metérselo en la mochila. No lo hagas. No es bueno para ellos.
– Ponle un pequeño bocadillo o sándwich de jamón, de queso, de atún con tomate, etc.
– Puedes alternarlo con FRUTA: con los más pequeños es muy socorrido la pequeña fiambrera con fruta variada troceada. A mí me funciona.
– No te olvides de los frutos secos: son una excelente fuente natural de energía y calcio. ¿Sabías que las almendras tienen el DOBLE de calcio que la leche de vaca? La leche tiene 140 mg de calcio por cada 100 ml de leche; ¡las almendras 240mg! Para aquellos niños que toman poca leche, el puñadito de almendras como almuerzo es una excelente opción. Tenlo en cuenta.
En el estudio Enkid español se observó que el 96,4% de la población infantil y juvenil española consume algo más de 7 raciones a la semana de galletas, pastelitos y bollería industrial (es decir, uno al día). El 88,2% toma diariamente aperitivos salados, llegando la media a 2,7 raciones al día. En cuanto a los dulces y golosinas, el 99,4% de la población estudiada, ingería diariamente 4 raciones de dulces y golosinas.
¿No os parecen unos datos alarmantes? A mí sí, sin duda.
Este tipo de productos no deben estar en nuestra lista de la compra semanal, al menos, no como comida habitual. Otra cosa es que si salís el fin de semana y os sentáis en una terracita, por supuesto que podéis disfrutar de unas patatitas, ¿cómo no?, o de tomar un helado mientras paseamos por la playa.
Pero no como rutina.Que en los «cumples» se atiborra a chuches, ¡pues para eso son los «cumples»! ¡Para disfrutar! Los niños han de tener una infancia y los excesos de los cumpleaños forman parte de ella. Pero en el carrito de la compra familiar debemos evitarlos.
Así qué mañana ya no tienes excusa:
Levántate un poquito antes, exprime unas naranjas; el pan, a la tostadora. Aceite de oliva y sal sobre la mesa. Mientras sale el café (en mi caso imprescindible para seguir funcionando) prepárales el almuerzo. Y en cuanto estén sentados a la mesa: ¡¡¡a desayunar!!!
Recoge a tus hijos en el cole con: botella de agua en mano, bocata y/o fruta.
Y antes de acostarse, una cena saludable:
– Ensalada en el centro de la mesa ¡que no falte! Si la ven todos los días, terminarán picando, y sobre todo, si tú comes ensalada, ellos comerán ensalada.
– Carne o pescado preferiblemente al horno o plancha.
– De guarnición: un poco de hidratos de carbono como por ejemplo un puñadito de arroz blanco, patatas asadas, un montoncito de espirales de pasta.
Ponles pequeñas cantidades y usa platos más pequeños para combatir la obesidad infantil. Esmérate en la presentación, haz que los platos resulten atractivos a la vista. ¡Ellos también comen por los ojos! Y no olvides que: no es tan importante la cantidad como la calidad.
Dra. Lucía Galán Bertrand.
Pediatra. Vithas Internacional Medimar
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