Pérdida auditiva: 8 claves para desestigmatizar la sordera
La pérdida auditiva afecta a 360 millones de personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Un problema que en nuestro país sufren 3 millones de personas.
La hipoacusia o pérdida auditiva es considerada la tercera afección más común, después de la artrosis y la hipertensión arterial. La prevención es la clave para evitar esta disfunción, así como frenar su avance. Sin embargo, el 50% de la población nunca se ha revisado la audición. A partir de los 50 años es recomendable pasar una revisión anual.
Pérdida auditiva, ¿ahora qué?
Cuando una persona se enfrenta a una pérdida auditiva, no solo empieza a perder capacidad de escuchar correctamente aquello que le dicen, sino que asiste a un proceso a través del cual tiende a sentirse incomprendido, y hasta a aislarse incluso de su entorno más cercano.
La familia cercana es el grupo que más apoyo puede darle en estos momentos en los que, ya sea por comenzar con las pruebas diagnósticas o por enfrentarse a su primer audífono, necesita sentirse más respaldado y con más energía para afrontar las novedades que llegarán a su día a día.
Por este motivo, y con el objetivo de desestigmatizar la sordera y eliminar falsos mitos y tabúes, el equipo de audiólogos de Oticon ha recopilado una serie de recomendaciones con las que los familiares serán capaces de ofrecer un mayor apoyo a estas personas.
8 claves para desestigmatizar la sordera
1. Sobre aviso
Es muy habitual que los primeros en darse cuenta de que existe un problema auditivo sean las personas que le rodean. Ellos son los primeros que ven que la persona con pérdida auditiva pide que les repitan las frases con asiduidad, se pierde en conversaciones con varios interlocutores o simplemente desconecta en entornos ruidosos. Lo recomendable es trasladarle esta observación con tranquilidad, recomendándole acudir al médico.
2. Atraer la atención
Los gritos nunca son la alternativa para entenderse con nadie, y menos con una persona con pérdida auditiva. Cuando se quiera hablar con ella lo primero que hay que hacer es captar su atención, para que nos mire y, una vez lo haga, pueda atender a aquello que se le dice.
3. Vocalización
No se trata solo de pronunciar correctamente, sino de evitar taparnos la boca, masticar o fumar mientras se habla con una persona con pérdida auditiva. De esta manera le resultará más sencillo captar el mensaje.
4. Evitar las repeticiones
Lleve audífono o no, si la persona nos pide que le repitamos una frase, siempre es más recomendable cambiar las palabras, es decir, no repetir literalmente lo dicho. Muchas veces la incomprensión de este mensaje supone más una dificultad en captar el sonido que un problema en la audición propiamente dicha. Por ello, decirle lo mismo, con otras palabras, ayudará a que el mensaje llegue al cerebro de manera más sencilla.
6. No al ruido
Si bien los audífonos de última generación permiten captar el sonido pese a encontrarse en entornos con ruido elevado y varios interlocutores, lo cierto es que siempre es más recomendable, sobre todo en el inicio del proceso, facilitarle esta labor. No se trata de no salir de casa, pero sí de controlar el ruido externo que puede haber e intentar limitarlo en la medida de lo posible, sobre todo en la época de adaptación.
7. Control de la frustración
Finalmente, no hay que olvidar que este periodo de adaptación puede conllevar momentos de desánimo, por lo que las palabras de apoyo deben formar parte de nuestro vocabulario en todo momento. La audición perdida es imposible de recuperar, pero la calidad de vida, sí, por lo que poco a poco volverá a sentirse uno más en el grupo.
8. Paciencia
Para quienes empiezan a utilizar un audífono, es importante tener en cuenta que los primeros días pueden resultar estresantes. Por ese motivo, su entorno debe mostrarse cercano y sobre todo, apoyarle. De nada sirve exigirle que oiga bien desde el primer momento, ya que los primeros días requieren adaptación y acostumbrarse a llevar un dispositivo que hasta el momento no existía en su oído.
A pesar de estas recomendaciones, hay una indudable, y es que sea cual sea el estado auditivo de nuestros familiares y amigos, lo cierto es que será imprescindible ofrecerles siempre nuestra mejor cara.