Agua de mar microfiltrada contra la deshidratación
Un tratamiento a base agua de mar microfiltrada en frío ayuda a nutrir e hidratar el organismo, además de regular la circulación del agua.
Según datos fisiológicos básicos, el porcentaje de peso del agua corporal oscila entre un 85% para un recién nacido y un 65% en un anciano, por lo que se puede afirmar de forma razonable que envejecer es, en parte, deshidratarse.
La edad, junto a otros factores, tales como ciertas enfermedades, pueden llegar a desequilibrar la circulación de agua en nuestro organismo y producir pérdidas de la misma. Debido a la forma en que se distribuye el agua por el cuerpo humano, se puede detectar que este déficit puede tener origen en dos lugares, en el sector intracelular o extracelular.
“Cada célula del cuerpo humano se alimenta de un líquido extracelular que aporta los nutrientes vitales hasta la membrana de la célula. Si el líquido extracelular está alterado se rompe el ciclo de la nutrición celular, dañando a la célula, y deshidratando el organismo.”, añade el Dr. Payá, Director Médico de Laboratorios Quinton.
El compartimiento intracelular es el mayor, y representa aproximadamente dos tercios del agua corporal. El compartimento extracelular, que representa aproximadamente un tercio del agua corporal, incluye el líquido plasmático y el líquido intersticial. Éste último tiene una composición electrolítica similar al agua de mar isotónica, donde los iones más abundantes son el sodio y el cloruro. Así lo constata el Ganong de Fisiología Médica, libro de referencia en el campo de la fisiología, que constata: “Las células que constituyen el cuerpo de los animales multicelulares existen en un “mar interno” que es denominado líquido extracelular (EFC) . El ECF se encuentra más diluido que el agua de mar de hoy en día, pero su composición simula estrechamente la que se encontraba en los océanos primordiales en los cuales, se supone, se originó la vida.”
Cuando hablamos de deshidratación extracelular, ésta atiende a una pérdida de sales minerales antes de ser una pérdida de agua y se manifiesta por vía digestiva (vómitos, diarreas), cutánea (sudaciones), endocrina o renal (nefritis, diuréticas, dietas sin sal).
En cambio, en el ámbito de la deshidratación intracelular, lo necesario será aportar agua y reducir el aporte de sales.
“Tratamientos a base de agua de mar hipertónica han demostrado ser una ayuda en la deshidratación extracelular por la pérdida de sodio, mientras que otros tratamientos isotónicos funcionan mejor en una deshidratación intracelular, por la pérdida de agua” asegura Payá.
Y añade: “Restablecer el equilibrio mineral perdido, es la clave. La clínica es muy clara: en caso de ausencia de sed, de pliegue cutáneo, de vómitos o de diarreas hay que complementar con sales rápidamente. En caso de fiebre, de disfagia y de trastornos comportamentales, hay que beber agua.”
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