Aprende a gestionar tus emociones

Existe un gran número de emociones, algunas las consideramos positivas (amor, alegría, esperanza, ilusión…) y otras negativas (tristeza, miedo, ira, culpa…) pero todas ellas nos acompañan en muchos momentos de nuestra vida y en ocasiones con una gran intensidad.  ¿Qué le vamos a hacer? El ser humano así está programado y, nos guste o no, tenemos que aceptarlo.

Cuando nos ocurre algo, nos emocionamos de inmediato, se escapa de nuestro control y nos lleva a comportarnos de diferentes formas. Si sentimos alegría, tendemos a repetir aquello que nos hace feliz. Si sentimos miedo, tratamos de ponernos a salvo. La ira hace que nos comportemos de manera agresiva. La tristeza nos permite integrar los sucesos negativos en nuestra experiencia vital.

Todas las emociones cumplen una función importante e influyen poderosamente tanto en nuestros pensamientos y actitudes, como en nuestras acciones. Por ello, es importante que seamos capaces de gestionarlas adecuadamente. No se trata de evitarlas o de hacerlas desaparecer, sino de hacernos cargo de ellas de una manera adecuada. Esto es importante, sobre todo, en aquellos casos en los que las emociones nos llevan a comportarnos de un modo perjudicial, afectando a nuestra calidad de vida, a nuestra salud o a nuestro entorno.

Gestionar tus emociones correctamente importa

Existen varias señales que nos alertan de que no estamos haciendo una buena gestión de nuestras emociones.  Algunas de ellas, son:

• Nos sentimos menos felices que antes.  
• Rendimos peor en nuestro trabajo.
• Empezamos a desarrollar miedos, temores o preocupaciones que antes no existían.
• Comenzamos a “perder los papeles” fácilmente.
• Nos sentimos bloqueados, sin saber qué hacer.
• Surgen dificultades para concentrarnos en lo que queremos.
• Aumentan o disminuyen, sin causa aparente, el sueño, el apetito, el consumo de sustancias (alcohol, tabaco), la apetencia sexual, las actividades de ocio…

Lo que en un principio puede ser una mala racha, puede derivar en problemas de salud y enfermedades físicas, trastornos psicológicos como problemas de ansiedad o depresión, comportamientos inadecuados, problemas con nuestros seres queridos, laborales o sociales.

¿Tiene solución?

No es sencillo, pero afortunadamente, existen maneras de revertir la situación y aprender a gestionar tus emociones adecuadamente. Hay múltiples estudios que muestran que las personas que gestionan bien sus emociones son también más felices, gozan de mejor salud y se asocia a niveles mayores de éxito tanto personal como profesional.

Todos podemos aprender a hacerlo por nosotros mismos, pero si no sabemos por dónde empezar, siempre podremos acudir a algún especialista que nos muestre el camino.

Cada caso es único, y el tratamiento es siempre específico e individualizado, aunque de manera general, podemos presentar algunas pautas que nos pueden ayudar:

• Toma conciencia e identifica tus emociones.
• Aprende a conocer cómo se manifiestan en ti, sin bloqueos ni evitación.
• Aprende a controlar y regular la intensidad en el momento en que aparezcan: utiliza métodos de relajación, respira correctamente o haz alguna actividad física.
• Las emociones no se explican por los hechos, sino por lo que pensamos acerca de los hechos: presta atención a tu diálogo interior, pues controlando tus pensamientos lograrás controlar en gran medida tus emociones.
• Actúa en función de tus objetivos y de lo que quieres, no hacia donde te llevan las emociones.
• Evalúa bien las situaciones y aprende de tu experiencia.
• Aprende nuevas habilidades para mejorar tu control emocional: técnicas de comunicación, solución de problemas, asertividad.

Y el consejo más importante: no desesperes ante los primeros intentos fallidos a la hora de gestionar tus emociones. Como cualquier proceso de aprendizaje, te llevará algo de tiempo y esfuerzo aprender a hacer una buena gestión emocional, pero sin duda, merecerá la pena y antes de que te des cuenta, empezarás a beneficiarte de los resultados.

Raúl Gutiérrez Izquierdo

Psicólogo