Cirugía plástica y cirugía estética: cambios en los últimos 10 años 

En los últimos 10 años, venimos viendo un boom en el mundo de la medicina y cirugía estética, pero, ¿realmente han cambiado las cosas? La respuesta es claramente SÍ. 

Diez años atrás hablábamos sobre “procedimientos y técnicas quirúrgicas independientes” y hoy hablamos de tendencias de belleza, de interrelación y complementariedad entre los procedimientos quirúrgicos y las técnicas médico estéticas. Por ejemplo, entre el uso de botox o rellenos faciales de ácido hialurónico con la realización simultánea de procedimientos de cirugía como puede ser una blefaroplastia, rinoplastia, lifting, etc. 

Belleza personalizada

Antaño hablábamos de hacer las cosas “para que se noten” y hoy buscamos sobretodo la naturalidad y armonía. Buscamos el conseguir mejoras notables sin llegar a lo exagerado o vulgar. Buscamos por tanto un nuevo concepto de “belleza personalizada”, donde cada acción se centra en realzar las características de belleza de la persona preservando su función, movilidad, expresividad y naturalidad. 

Pero, ¿cuáles son las áreas donde más ha cambiado la “técnica” y los “materiales” en los últimos 10 años?

– Cirugías faciales funcionales 

Atrás quedaron las modas de los labios enormes, los pómulos exagerados o el cambio de los rasgos de la persona (pasar de europea a asiática y viceversa). Hoy en día buscamos el equilibrio de las formas y la preservación de la función de las estructuras faciales, ya sea que se trate de realizar una rinoplastia en donde la nariz sea proporcionada y funcione perfectamente (y no sólo bonita), el corregir el descenso de los pómulos, o la salida de las bolsas de los ojos a través de una blefaroplastia y un lifting de tercio medio donde no se vea la famosa “cara de velocidad”, o la corrección en la posición de las orejas a través de una otoplastia. 

– Rellenos faciales dinámicos 

El concepto de colocar rellenos faciales para aumentar los volúmenes del rostro buscando una cara inexpresiva pero bonita para la foto, es hoy anticuado y aberrante. Hoy en día la medicina estética facial busca realzar las características de la persona de una forma dinámica y plástica, utilizando productos absorbibles con gran elasticidad y plasticidad que aseguren su correcta adaptación a los rasgos de los pacientes. Pasamos de los labios de pato y la cara de muñeca a los labios delineados y atractivos con proporciones y volúmenes adecuados. 

Del mismo modo, la medicina estética en los hombres viene desarrollándose de una forma cada vez más habitual, buscando en estos casos la masculinización y redefinición facial sin perder carácter o personalidad. 

– Uso de grasa, PRP y células madres del paciente 

El uso de productos derivados de la sangre y grasa de las pacientes para tratamiento del envejecimiento (PRP), la falta de volúmenes propios de la edad así como para la re-estructuración corporal es cada vez más habitual. En estos últimos años, el miedo a reutilizar la grasa para realizar un aumento de mama o glúteos, o el llamado lifting facial brasileño con grasa, está totalmente superado vistas las evidencias de mejoría notable, seguridad y predictibilidad de los resultados obtenidos en manos expertas. Además la capacidad regenerativa y de antiaging de estas técnicas permiten revertir parte de los efectos visibles del envejecimiento de forma conservadora y mínimamente invasiva. 

– Prótesis sí, pero de calidad 

Aunque anecdóticamente surgen alarmas mediáticas sobre este tema de forma esporádica, lo cierto es que a día de hoy contamos con los implantes mamarios, glúteos, de pectoral, gemelos y faciales de más alta calidad y seguridad de la historia. Por supuesto, existen claras diferencias entre la calidad de los diversos implantes que se ofrecen en el mercado y por ello es fundamental contar con la información y asesoramiento experto de un cirujano plástico a la hora de elegir la mejor opción de cara a una cirugía de aumento mamario, aumento glúteo o de gemelos, muslos, pectorales etc. 

– Lipoescultura cada vez más definidas (lipo 3D) 

En los últimos 10 años, las tendencias provenientes de EEUU y Sudamérica son cada vez más demandadas en este campo en España. Una liposucción ya no es suficiente y habitualmente lo que buscan las pacientes son verdaderas lipoescultura en donde no sólo retiremos el exceso de grasa corporal, sino que la reutilicemos como elemento de aumento o remodelación mamario o glúteo. Que recreemos estructuras como es el caso de la musculatura abdominal (la famosa tableta de chocolate) o que corrijamos verdaderas deformidades. 

– Cambio de sexo o reasignación sexual 

Quizás una de las áreas donde más ha evolucionado la cirugía y la medicina estéticas es en este campo. Con las técnicas actuales se consiguen grandes resultados en casos de reasignación sexual, cambiando no sólo los caracteres sexuales masculinos o femeninos según el caso de una forma totalmente funcional, sino que también podremos modificar el timbre de voz, la estructura ósea facial etc. 

– Seguridad anestésica 

Aunque persiste en las pacientes el temor a la anestesia, hoy en día es un miedo infundado. Las técnicas, medicación y sistemas de monitorización de la profundidad anestésica son hoy por hoy seguras, fiables y reproducibles. Atrás quedaron los miedos a “despertar” o “sentir algo” durante la cirugía. Además la evolución de las técnicas de bloqueo analgésico aseguran una cirugía prácticamente sin dolor en el postoperatorio así como una rápida recuperación, al necesitarse menos medicación intravenosa durante la cirugía. 

Pero hay algo que no ha cambiado en estos últimos 10 años de medicina y cirugía estética. Esto es, la búsqueda de la belleza, la perfección y proporción anatómica ideal, así como el realizar todos estos procedimientos y técnicas con los más altos estándares de calidad y seguridad. 

Para ello, el estudio e investigación constante, así como el trabajo interdisciplinar entre los diferentes miembros de nuestro equipo médico es realmente fundamental. 

Silfid’ , cirugía reconstructiva, plástica y estética ~ Centro Médico Vistahermosa V76

Artículo publicado en el nº 50 de Más Que Salud: