Cómo mantener una adecuada higiene corporal
La higiene corporal (cuidado y aseo del cuerpo) es más importante de lo que parece, tanto en niños como en adultos. Ya que a través de una adecuada higiene corporal mejora la salud y el bienestar de las personas, favoreciendo al mismo tiempo su autoestima.
La higiene tiene como objetivo prevenir enfermedades y conservar la salud, por este motivo es imprescindible seguir ciertas normas de higiene en todos los ámbitos de la vida.
¿Cómo influye la higiene corporal?
Con unos hábitos de higiene adecuados conseguiremos lo siguiente:
– una mejora de la salud y el bienestar, tanto propio como de aquellos que nos rodean.
– prevención y desarrollo de enfermedades causados por virus o bacterias.
– una mejora en las relaciones interpersonales.
– contribuir a la formación de una imagen positiva de nosotros mismos.
Hay que tener en cuenta que los hábitos se forman con el tiempo, a base de repeticiones, solo así se integrarán en la rutina. Por este motivo, es fundamental enseñar a los niños desde pequeños a adquirir una buena higiene personal. De esta forma, la costumbre se mantendrá en el tiempo.
Cómo mantener una correcta higiene corporal
Para mantener una correcta higiene corporal debemos seguir las siguientes recomendaciones:
– Piel: una de las funciones de la piel consiste en ejercer como primera barrera protectora frente a las bacterias y gérmenes. Mientras que algunas pieles son más resistentes y aguantan todo tipo de agresiones otras no, por lo que debes escoger cuidadosamente los productos que usarás. De esta forma la piel estará siempre en óptimas condiciones. Los jabones neutros son una buena opción. Y recuerda, si te duchas más de una vez al día, la segunda puedes hacerlo únicamente con agua. Y, por supuesto, no olvides secar bien tu piel.
¿Qué se consigue con una ducha diaria? La desaparición del sudor, las células muertas de la piel, el polvo y la suciedad.
– Cabello: debe lavarse al menos dos veces por semana, con un champú adecuado para cada tipo de pelo, y también después de sudar. Es recomendable que el peine o cepillo no se comparta y siempre se mantenga limpio.
– Boca: lava tus dientes tres veces al día. Para conseguir una mejor limpieza puedes ayudarte de cepillos interdentales, irrigadores, cintas y sedas, de venta en cualquier parafarmacia. En el caso de los colutorios consulta con tu dentista, ya que en algunos casos pueden causar sequedad en las mucosas.
– Manos: lávalas en las siguientes ocasiones, dedicándole al menos 30 segundos:
- antes y después de cada comida.
- cuando prepares alimentos.
- después de ir al baño.
- si cubres tu boca con la mano al toser o estornudar.
- después de tocar animales.
- siempre que estén sucias.
Incluye siempre agua tibia y jabón. En cuanto a las uñas es aconsejable tenerlas cortas, en caso contrario puedes utilizar un cepillo de cerdas suaves.
Si dudas, acude a especialista
– Orejas: para una correcta higiene de las orejas limpia periódicamente (2 ó 3 veces a la semana) la zona externa con una gasa o toalla fina. En cuanto al conducto auditivo, estos son los síntomas que pueden indicar que tus oídos no están limpios:
- pérdida auditiva.
- picor de oído.
- en ocasiones el tapón de cera se mueve y provoca un leve dolor.
Para estos casos lo mejor es que acudas al especialista, y sobre todo no utilizar bastoncillos, ya que puedes empeorar la situación.
– Ojos: tienen un mecanismo de limpieza propio, como son las lágrimas. Al ser órganos muy delicados no debes tocarlos con las manos sucias u otros objetos (pañuelos, etc). Trata de mantener siempre una buena iluminación para no sobreesforzar de la vista.
– Pies: Lava tus pies cada día y sécalos por completo. Así evitarás la humedad que puede hacer proliferar ciertos hongos.
– Ropa: cambia la ropa interior a diario, y lavar el resto cuando sea necesario. Los tejidos naturales son los más adecuados. Evita usar zapatos de otras personas.
En conclusión, ¡mantener una buena higiene corporal te hará sentir mejor contigo mismo y con los demás!
Noelia Orts
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