Contaminación y demencia
La contaminación aumenta el riesgo de padecer demencia. Los altos niveles de dióxido de nitrógeno producen un 40% más de riesgo de demencia. Las personas mayores que viven cerca de zonas verdes tienen un deterioro cognitivo más lento.
Leer, comentar noticias del periódico, crucigramas, sudokus o realizar puzzles son algunas actividades que promueven la estimulación cognitiva.
La contaminación del aire puede aumentar el riesgo de demencia, según un estudio publicado en BMJ Open. Según sus conclusiones, había un 40% más de riesgo de demencia en aquellas áreas con los niveles más altos de contaminación de dióxido de nitrógeno en comparación con los lugares con menos contaminación de la ciudad.
En el estudio, los investigadores analizaron los datos de más de 130 mil personas, entre las edades de 50 y 79 años, que vivían en Londres y que no tenían un diagnóstico de demencia al inicio del estudio en 2005. En el estudio se calcularon los niveles de contaminantes que incluyen dióxido de nitrógeno, ozono y contaminación acústica nocturna y se hizo un seguimiento de estas personas durante un promedio de 6,9 años para ver si tras estos años desarrollaban demencia. Los resultados fueron que el 1,7% de las personas involucradas en el estudio fueron diagnosticadas con demencia dentro de este período de seguimiento.
Según las declaraciones del doctor David Reynolds, director científico de Alzheimer’s Research UK, «la demencia no es una parte inevitable de envejecer, sino que es causada por una compleja combinación de edad, genética y factores ambientales”.
Las zonas verdes reducen la contaminación
En este sentido, las zonas verdes se presentan como aliadas para paliar la contaminación y sus efectos. La vegetación podría evitar más de 3.600 casos de asma y 4.000 síntomas respiratorios agudos en la ciudad de Madrid, ya que la vegetación podría absorber más de 673 toneladas, según un estudio realizado por el Ayuntamiento de Madrid.
Estos resultados indican un gran paso en la reducción de los contaminantes atmosféricos y, por consiguiente, en su influencia en la salud de las personas. En este sentido, otros estudios también han manifestado los beneficios que tienen estas zonas verdes en la salud de la población. De este modo, pueden mejorar el confort térmico o la capacidad de atención de las personas.
Pero también pueden contribuir a la salud mental de las personas, según otro estudio de ISGlobal, que indica que vivir en zonas verdes ralentiza el deterioro cognitivo en las personas mayores.
Amenazas ambientales y estilo de vida
Carmen de Keijzer, investigadora de este organismo y primera autora del estudio, afirma que existen evidencias de que el riesgo de demencia y deterioro cognitivo puede estar influido por la exposición a amenazas ambientales relacionadas con el entorno urbano (como la contaminación del aire y el ruido) y por el estilo de vida (con factores como el estrés o el comportamiento sedentario).
Por su parte, David Curto, jefe de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores explica que el envejecimiento es un proceso natural de la vida, es inevitable y, en ocasiones se ve agravado por un deterioro cognitivo, pero “este estudio es una muestra de cómo con pequeñas acciones tales como pasar más tiempo cerca de zonas verdes se pueden paliar los efectos de la contaminación y sus consecuencias en el desarrollo de enfermedades como la demencia”.
En este sentido, Sanitas Mayores trabaja por favorecer entornos adaptados y agradables para la vida diaria de los residentes. “Todas nuestras residencias cuentan con zonas verdes para que los residentes puedan disfrutar de la naturaleza y obtener beneficios de la misma, ya que la vegetación es un foco de estímulos y atención importantes para el mantenimiento de las funciones cognitivas y la vida sana”, afirma Curto.
Esto no es suficiente, sino que también hay que considerar otras actividades para mantener y mejorar el desarrollo cognitivo de las personas mayores. Así, Sanitas recomienda dedicar diariamente en torno a 25 minutos de actividad física y cerca de una hora a actividades de estimulación cognitiva, las cuales deberán combinarse para no centrarse solo en un aspecto. En este sentido, el doctor de Sanitas Mayores señala que “no hay que forzarlas y hay que promover su realización de forma espontánea para evitar el aburrimiento”.
Para llevarlas a cabo de manera efectiva, el doctor Curto aporta una serie de recomendaciones:
- Realizar actividades que promuevan la estimulación cognitiva en sesiones cortas, con posibilidad de irlas repitiendo, dado que al requerir una atención cognitiva constante pueden cansar más. Además, según el doctor, “en personas mayores con cierto nivel de deterioro cognitivo, es más frecuente que aparezca un cierto grado de desinterés y/o déficit de atención”.
- Leer, comentar noticias del periódico, crucigramas, sudokus o realizar puzles.
- La familia tiene que apoyar a las personas con deterioro cognitivo. Esta puede “ayudar a la persona afectada con actividades que impliquen trabajar recuerdos, conocer aficiones y hobbies”.
Es bueno mantener hábitos de vida saludables desde la infancia. “Cuando los hábitos, tanto de ejercicio como nutricionales se establecen a edad temprana es más fácil que se mantengan durante más tiempo”, afirma el doctor.