El decálogo para cuidar de nuestros pies en verano
Andar por ciertas superficies descalzos, utilizar calzados inadecuados, realizar determinadas prácticas deportivas, llevar esmaltes de uñas durante demasiado tiempo o el propio calor son tan solo algunas de las cuestiones que pueden precipitar anomalías y problemas sobre nuestros pies.
Por ello, en esta época del año es cuando más importante se hace prestar atención a la salud de esta parte tan esencial de nuestro cuerpo.
Para ayudarnos a saber cómo hacerlo, desde el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA) han elaborado un decálogo de pautas para cuidar nuestros pies en la época estival:
- Cuidados de higiene diaria. Lavar nuestros pies a diario es una cuestión clave en verano. Lo ideal es hacerlo con jabón neutro y secarlos bien, sin frotar bruscamente y prestando atención a la parte entre los dedos.
- Protección e hidratación de la piel. De la mano de la higiene debe venir siempre una buena hidratación. Usar protección solar y cremas hidratantes específicas es clave.
- Buena hidratación también por dentro. Beber al menos 1,5 L de agua al día es esencial tanto para nuestra piel como para nuestra salud general.
- Evitar andar descalzos sobre ciertas superficies. En verano nos suele encantar andar descalzos, ya sea por casa para sentir el suelo frio o por la playa para sentir el agua y la arena. Sin embargo, no debemos abusar de esta práctica, pues la desprotección y un esfuerzo extra de nuestros músculos pueden causarnos ciertas lesiones.
- Adaptar nuestro calzado a cada situación. Sobre ciertas superficies, como por ejemplo las piscinas, es necesario andar protegidos y utilizar calzados específicos. No obstante, tampoco podemos de estos calzados, como podrían ser las chanclas, en otras circunstancias.
- Utilizar un buen calzado: Esta es una de las cuestiones más importantes siempre para el cuidado de nuestros pies. Lo ideal es que sea transpirable, de materiales naturales, que vaya sujeto al pie y que la suela sea uno o dos centímetros más alta en el tacón que en la parte delantera. Además, también es recomendable que sea flexible.
- Materiales naturales para el contacto con la piel. En la medida de lo posible, tanto nuestro calzado como nuestros calcetines deben ser de fibras naturales. Ante todo, debemos evitar plásticos y gomas que pueden dañar nuestra piel y provocarnos heridas.
- Prevención en las prácticas deportivas. Si vamos a realizar algún deporte, es aún más esencial calentar, estirar y utilizar el calzado correcto para evitar rozaduras y lesiones. Sobre todo, si no estamos acostumbrados a dicha práctica.
- Cuidado de las uñas. Estamos una época muy propensa para la proliferación de hongos y otras infecciones. Por ello, debemos evitar los esmaltes permanentes y de mala calidad, así como llevarlos más de 15 días seguidos. Además, hay que cortarlas con cierta frecuencia y con un corte recto, para evitar que se claven.
- Visitar a nuestro profesional de la Podología de confianza: acudir a consulta al menos una vez al año es clave para contar con un diagnóstico personalizado que nos ayudará a evitar problemas tanto presentes como futuros.
Tener en cuenta esta serie de recomendaciones nos ayudará a mantener la salud de nuestros pies y a evitar problemas que, si no se controlan a tiempo, pueden agravarse y llegar a afectar a otras partes de nuestro cuerpo o a nuestra salud general.