Degeneración macular: la alimentación es la clave
La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) es la primera causa de ceguera en los países desarrollados.
La alimentación es clave para un menor riesgo de aparición de problemas de visión,a través de antioxidantes, vitaminas y minerales. Una dieta sin los nutrientes necesarios puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades oculares y su progresión.
Esta vinculación es especialmente significativa en el caso de la DMAE, una enfermedad que causa más del 50% de los casos de pérdida de visión en los países desarrollados, fundamentalmente en mayores de 50 años, y que afecta en alguna de sus formas al 30% de la población mayor de 70 años.
Micronutrientes, aliados para la salud ocular
Los avances para frenar, a través de la alimentación, la progresión del deterioro visual que causa la DMAE, centran en la actualidad numerosos estudios, que avalan como principales agentes, las vitaminas y minerales antioxidantes (luteína y zeaxantina, vitaminas C, E y D, zinc, selenio, vitaminas grupo B), los ácidos grasos omega-3 y el resveratrol2-5.
La importancia de estos micronutrientes tiene que ver con la demostración de que el estrés oxidativo y la carencia de nutrientes esenciales, son factores fundamentales para el desarrollo de la DMAE. La posibilidad de frenar su progresión es muy importante, porque una vez desarrolladas las fases avanzadas de la enfermedad, los tratamientos solo son capaces de revertir parcialmente el proceso y normalmente a base de tratamientos largos y costosos.
Así lo explica el Dr. Alfredo García Layana, especialista en Oftalmología de la Clínica Universidad de Navarra, que también se refiere al tabaco como otro factor modificable muy importante a tener en cuenta en esta patología
Dieta mediterránea
Desde el punto de vista de la dieta y su influencia en la degeneración macular, tanto este experto como la nutricionista María Marqués destacan los efectos que puede tener la dieta mediterránea. Esta dieta se asocia a una mayor protección frente a la DMAE, reduciendo el riesgo de padecer la enfermedad hasta en un 50% según algunos estudios.
En este sentido, ambos expertos recomiendan seguir una dieta sana y variada, que incluya abundantes vegetales, frutas, cereales integrales, legumbres y pescados; con moderación, huevos, lácteos y frutos secos; siendo el aceite de oliva la grasa predominante y el vino tinto la bebida de consumo habitual, después del agua, que son las principales fuentes de los nutrientes esenciales para la salud ocular (vitaminas, minerales, luteína, zeaxantina, ácidos grasos omega 3 y resveratrol).
Los expertos han recomendado, además, el empleo de suplementos nutricionales, siempre que sea recomendado por el médico, en los casos en los que la alimentación no aporte las cantidades necesarias o cuando se considere que su refuerzo pueda aportar beneficios adicionales. Esto es fundamental, añade el Dr. García Layana, cuando ya existe una DMAE avanzada en uno de los ojos: “en estos casos, además de la dieta, es necesario tomar suplementos nutricionales con ciertos minerales, vitaminas y, especialmente, con luteína y zeaxantina, ya que disminuyen el riesgo de progresión en el ojo sano hacia las formas avanzadas de DMAE en un 25%”, subraya.
El experto se ha referido al macroestudio AREDS, que evaluó durante 10 años en casi 5.000 pacientes el efecto terapéutico sobre la Degeneración Macular de suplementos de micronutrientes con dosis elevadas de vitaminas, antioxidantes y zinc, demostrando una reducción del riesgo de progresión a DMAE avanzada.
Según el Dr. García Layana “el objetivo de los suplementos nutricionales no es tratar la DMAE, sino disminuir el riesgo de progresión a las formas avanzadas de la enfermedad que son las que realmente quitan la visión a los pacientes”. Por su parte, María Marqués añade que “la suplementación de vitaminas y minerales antioxidantes contribuyen a mejorar las defensas naturales antioxidantes del ojo y a reducir los procesos inflamatorios, siendo, por lo tanto, relevantes en la prevención y tratamiento de la Degeneración Macular y otras enfermedades oculares”.
Las propiedades del vino tinto
La experta destaca el papel emergente en nutrición ocular del resveratrol, un polifenol que se encuentra en gran cantidad en la piel de la uva, considerado un agente terapéutico prometedor en una amplia gama de enfermedades oculares. Actúa como antioxidante protegiendo a las células de la retina, neutralizando los radicales libres, y favoreciendo así la supervivencia de las células.
En este sentido, María Marqués defiende la necesidad de establecer una estrategia de prevención y tratamiento para las enfermedades oculares relacionadas con la formación de vasos sanguíneos, basadas en la terapia con resveratrol.
Para cubrir las necesidades diarias de este polifenol, la nutricionista recomienda la presencia en las comidas de frutos rojos y uvas, así como una copa de vino tinto en las comidas, aunque la cantidad diaria de resveratrol que se puede ingerir con los alimentos dependerá de cada persona: “es por ello que la suplementación asegura una cantidad controlada y efectiva del nutriente”.
Vitamina D para frenar la progresión de DMAE
Otra estrategia a nivel nutricional en la que hay gran interés de cara el futuro es la intervención a través de la vitamina D, según destaca el Dr. García Layana. A nivel mundial existe un déficit generalizado de vitamina D y numerosos estudios epidemiológicos han relacionado esos déficits con la progresión de la DMAE. La vitamina D se encuentra entre los micronutrientes que han demostrado posibles efectos beneficiosos en los mecanismos involucrados en el desarrollo de la Degeneración Macular, por lo que su administración a través de suplementos puede ser una estrategia importante en la prevención de esta patología.
Fuente: Laboratorios Thea