Dejar de fumar reduce también el riesgo de padecer diabetes y psoriasis
El 31 de mayo de cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial sin Tabaco cuyo objetivo es señalar el riesgo que supone el consumo de tabaco para la salud y fomentar políticas eficaces orientadas a reducirlo.
Desde el área de especialización en deshabituación tabáquica de la unidad de neumología del Hospital Vithas Medimar, el doctor Juan Carlos Padilla, manifiesta que “en el tabaco se encuentran múltiples sustancias perjudiciales para la salud. Entre las cuales destacan los alquitranes, responsables del 30% de todos los tipos de cáncer y del 90% del cáncer de pulmón. Otros componentes son el monóxido de carbono, causante del 15% de las enfermedades cardiovasculares y la nicotina, responsable de producir dependencia física”.
Enfermedad cardiovascular y EPOC
Por otra parte, la doctora María Ibáñez, cardióloga del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, recalca que «fumar aumenta la probabilidad de presentar diabetes tipo II entre un 30-40%. La insulina ayuda a que el azúcar de la sangre entre en las células, pero la nicotina cambia a las células haciendo que no respondan a la insulina favoreciendo la aparición de diabetes. Además, las sustancias químicas que hay en los cigarrillos dañan las células de los vasos sanguíneos causando inflamación”.
Según la profesional, “la enfermedad cardiovascular es una de las principales causas de muerte en nuestro país y tanto la diabetes como el tabaquismo y la inflamación que producen sobre los vasos sanguíneos aumentan su riesgo”
Las consecuencias de un tabaquismo crónico a nivel respiratorio son principalmente las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) y el cáncer de pulmón, aunque también es causa del empeoramiento en pacientes asmáticos y actúa como factor de riesgo para las infecciones respiratorias. “No hay que olvidar tampoco que fumar provoca el envejecimiento prematuro de la piel, aumenta el riesgo de padecer psoriasis y reduce la fertilidad”, agrega la doctora Ibáñez.
Proceso de deshabituación
Para ambos profesionales, “dejar de fumar reduce el riesgo de diabetes, fomenta un mejor funcionamiento de los vasos sanguíneos y contribuye a la mejoría de la función cardíaca y pulmonar”. Por ello, el doctor Padilla sugiere una serie de pautas que ayudan a dejar de fumar, basadas en la actitud frente a dicha decisión y en los hábitos rutinarios.
Según explica, se deben aceptar los motivos por los que debemos dejar este hábito y tener una actitud positiva ante la iniciativa. Además, recomienda establecer una fecha como referencia clave para el cambio de vida. “Los primeros días el deseo de fumar es muy intenso, pero poco a poco irá disminuyendo, se debe tomar la decisión de no fumar en la actualidad, no pensando en el futuro. Ante el deseo de fumar es conveniente respirar profundamente, relajarse, beber agua y masticar chicle”, afirma el profesional.
El doctor recomienda “hacer dieta en el periodo inicial, realizar comidas ligeras basadas en vegetales y frutas en cantidades abundantes, ya que facilitan la abstinencia y aportan vitaminas C y B. Además de evitar el azúcar, condimentos fuertes, mostaza, pimienta y chile porque impiden la absorción de ciertas vitaminas y producen un aumento del ansia de fumar”.
Por otro lado, el especialista destaca la importancia de la hidratación a base de agua, zumo de frutas naturales o leche, para eliminar la nicotina y evitar la ansiedad, además de ser necesario para el sistema nervioso. También aconseja evitar el café, té y el alcohol ya que son estimulantes y pueden generar más ganas de fumar.
Como hábitos rutinarios, el doctor Padilla sugiere frecuentes duchas y baños durante la primera semana, ya que la piel es un órgano excretor. Además de realizar inhalaciones profundas de aire en momentos de ansiedad y especialmente después de las comidas; moverse y pasear durante aproximadamente veinte o treinta minutos.
El doctor hace hincapié en la importancia de tener unos hábitos regulares, acostarse a una hora adecuada para dormir aproximadamente ocho horas, establecer un horario de comidas y realizar actividad física de continuo.
“Además, disponemos de varios fármacos útiles en la deshabituación tabáquica, que deben ser prescritos por médicos y que se han mostrado de gran ayuda en este proceso, a veces dificultoso, pero cada día más factible y necesario”, recalca.