Ejercicios de rehabilitación de rodilla después de artroscopia
Cada año se realizan en todo el mundo más de 4 millones de artroscopias de rodilla. Se trata de una intervención mínimamente invasiva en la que se reparan o quitan los tejidos dañados de la articulación con la ayuda de una pequeña cámara e instrumental quirúrgico. Tras la cirugía de artroscopia de rodilla, que dura menos de una hora, el paciente tiene que ejercitar su rodilla para recuperar la movilidad y fortalecer los músculos.
Postoperatorio de la artroscopia de rodilla
La intervención de rodilla por artroscopia se realiza por diversas patologías, generalmente relacionadas con la reparación de los meniscos o el ligamento cruzado anterior. El paciente sale del hospital con un vendaje que le cubre la articulación y tapa las pequeñas heridas de las incisiones que se han hecho para poder acceder a la rodilla. Es necesario curar las heridas cada pocas horas para mantener la zona limpia y seca. La recuperación de una artroscopia es más rápida que la cirugía abierta, aunque en ambos casos el paciente debe hacer rehabilitación. Puedes consultar el servicio de artroscopia de rodilla en SaludOnNet.
Durante los primeros días posteriores a la cirugía es importante seguir los consejos del médico para que la recuperación sea lo más rápida posible. Los principales son:
- Mantener la pierna elevada y aplicar hielo para ayudar a bajar la inflamación y el dolor.
- Utilizar muletas para mantener la rodilla en descarga.
- Realizar ejercicios suaves para mantener el tono muscular, a partir del tercer día.
- Realizar ejercicios de rehabilitación bajo la supervisión de un fisioterapeuta, a partir del mes.
Primeros ejercicios tras la cirugía de artroscopia de rodilla
Los especialistas recomiendan la realización de un tratamiento rehabilitador, con la supervisión de un fisioterapeuta, tras una operación de rodilla por artroscopia. De manera inicial deben hacerse ejercicios con intensidad leve y pocas repeticiones:
- Posición decúbito supino (acostado boca arriba): Con las rodillas dobladas el paciente presiona los talones contra el suelo y contrae los músculos del muslo y, tras un descanso y en la misma posición, contrae las nalgas durante 5 segundos.
- Posición decúbito prono (acostado boca abajo): Se coloca una toalla bajo el tobillo de la rodilla intervenida y se presiona durante 5 segundos, manteniendo la pierna extendida.
- De pie: Se eleva la pierna hacia adelante, totalmente extendida, sin doblar la rodilla.
Diferentes ejercicios en función de la lesión
Dependiendo de cuál sea la parte lesionada, los ejercicios varían para conseguir recuperar fuerza y tono muscular lo antes posible. Lo ideal es una combinación de ejercicios isométricos y de resistencia, realizados de manera progresiva.
- Menisco: Cuando la lesión se produce en los meniscos, que funcionan como amortiguadores entre la tibia y el fémur, los ejercicios son:
– Elevación de la pierna con la rodilla extendida. Se realiza con el paciente tumbado en el suelo. Una pierna permanece doblada y apoyada y es la otra la que se mueve. El paciente debe apretar los muslos y levantar la pierna estirada en un ángulo de 60º, manteniendo esta posición durante 5 minutos. Se recomienda realizar 2 series de 10 repeticiones y cambiar de pierna.
– Contracción del muslo, ejercitación de los aductores. Se realiza con el paciente sentado. Consiste en colocar una almohada entre las piernas y apretar. Debe mantener la postura 5 segundos, relajar y repetir. Se recomienda realizar dos series de 10 repeticiones.
– Sentarse y levantarse. Se debe comenzar el ejercicio con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. El paciente debe sentarse en una silla, colocando lentamente la espalda y los glúteos en la misma. No debe dejarse caer, sino intentar utilizar los músculos de las piernas para realizar el movimiento, aguantando la posición.
Ejercicios para la lesión de ligamento cruzado anterior
- Ligamento cruzado anterior: Cuando la lesión se produce en el ligamento cruzado anterior, que evita el desplazamiento hacia delante del fémur sobre la tibia y da estabilidad a la rodilla en rotación, se recomiendan los siguientes ejercicios:
– Contracción de cuádriceps y estiramiento de isquiotibiales. Después de un breve calentamiento, el paciente se coloca en posición decúbito supino y utiliza una banda para estirar una pierna, mientras aprieta los muslos. Debe mantener la posición 20 segundos y bajar lentamente. Se recomienda hacer 2 repeticiones y cambiar de pierna.
– Elevación de rodilla y cadera. El paciente permanece sentado y levanta el pie con los dedos hacia arriba y la rodilla doblada. Mantiene 5 segundos en el aire y la baja despacio. Lo recomendable es repetir 10 veces, descansar y hacer otras 10 repeticiones. Después cambiar de pierna.
– Estiramiento de pantorrilla. Se dobla la pierna derecha sin permitir que la rodilla pase por delante de los dedos del pie. Con la otra pierna se retrocede un paso y se estira, apretando el talón hacia el suelo. Se mantiene la posición 20 segundos y se repite el ejercicio dos veces, cambiando de pierna.
Si el paciente nota, mientras realiza los ejercicios de rehabilitación, que la rodilla se inflama o duele, debe disminuir la intensidad y consultar al médico. Asimismo, no debe de correr hasta pasados dos meses de la intervención, para evitar que el impacto al pisar repercuta negativamente en la rodilla.