El creciente hábito de cocinar en casa convierte nuestras cocinas en espacios más tecnológicos y sostenibles
SIMA, la feria inmobiliaria más importante de nuestro país, y Cookpad, la mayor red mundial de cocineros caseros, han elaborado un informe en el que analizan las transformaciones que han experimentado las cocinas españolas de la mano de los cambios sociales y de las costumbres vinculadas a la alimentación.
Los hábitos de cocina de los españoles tienen cada vez más importancia en nuestras viviendas. Queremos cocinas más integradas, sostenibles y tecnológicas, que sean espacios de socialización para disfrutar de la cocina, a la que dedicamos más tiempo porque influye directamente en nuestro bienestar. Esta es la principal conclusión del informe
de Cookpad Spain y SIMA, llevado a cabo con un doble trabajo de campo: una encuesta a casi 600 miembros de la red de cocineros caseros de Cookpad, y un estudio cualitativo realizado a casi una veintena de promotores y arquitectos.
El estudio forma parte de la iniciativa conjunta Cooking Lab, un espacio de talleres de cocina participativos que podrán seguirse en directo en SIMA del 26 al 29 de mayo. Éste confirma que no solo somos tecnológicos y sostenibles, sino también muy activos en la cocina. Casi dos tercios de los encuestados afirman dedicar entre 30 minutos y dos horas diarias a cocinar, el 45% prepara las tres comidas diarias y otro tercio al menos una de las principales. En cuanto a su perfil demográfico, dos de cada tres cocineros caseros son mujeres y mayoritariamente tienen entre 35 y 55 años, si bien los jóvenes de hasta 35 años vienen pisando con fuerza, y son uno de cada cinco.
De acuerdo con el informe de Cookpad y SIMA, cada vez más, los españoles nos decantamos por hábitos saludables a la hora de cocinar. Los platos al horno o asados siguen siendo los favoritos, así como guisos y potajes, pero crece la afición por las preparaciones más ligeras con la ayuda de electrodomésticos de última generación, como freidoras de aire, robots de cocina, panificadoras, entre otros.
Junto a esta tendencia en favor de una gastronomía más saludable, el informe de Cookpad y SIMA señala una apuesta firme por comportamientos sostenibles en la cocina. Además, los españoles intentamos ajustar la compra semanal a lo que realmente consumiremos, reutilizamos las sobras para otros platos y también hacemos un uso creativo de todas sus partes comestibles.
Los gadgets, protagonistas
Esta “apuesta sostenible” no puede desligarse, tal y como apunta el informe, de la eclosión del uso de gadgets por los cocineros caseros, hasta el punto de que el casi 15% de estos los emplea como fuente de calor más habitual para cocinar. La freidora de aire, el robot de cocina, la olla express y las batidoras tipo ayudantes conforman el top four de los gadgets.
Respecto al uso que hacemos de la cocina, casi la mitad de los encuestados responde que simplemente prepara los alimentos en ellas, mientras que otro tercio también las utiliza como espacio para comer.
El informe de Cookpad y SIMA también pregunta a los encuestados sobre los cambios que introducirían para mejorarlas y hacerlas más sostenibles y eficientes. Sus respuestas apuntan claramente a modificaciones que faciliten un uso más intensivo de sus cocinas, como aumentar el espacio para la despensa y el almacenaje –la reforma más urgente que acometerían–, agrandar la superficie de la encimera, disponer de una isla, conectarlas con otras estancias de la casa, preferentemente con el salón, habilitar zonas para el reciclaje de basuras y, por último, ganar más espacio para fogones dobles o frigoríficos más amplios.
Cocinas más grandes y sostenibles
La causa última de todas estas mejoras es simple. Los españoles queremos cocinas más grandes que las que tenemos, cuyo tamaño medio es de 10 metros cuadrados, aproximadamente. El 55% de los encuestados desearía que su cocina tuviera 20 y 25 metros cuadrados, y la cuarta parte, más de 25.
Además de ganar más espacio, los cocineros caseros de nuestro país también aspiran a ganar sostenibilidad y eficiencia en sus cocinas. No en vano, se trata del espacio
doméstico que consume una mayor cantidad de energía.
Es por ello por lo que los encuestados se decantan por opciones esencialmente eficientes y que tengan un efecto inmediato sobre la factura energética, como cambiar la iluminación y los electrodomésticos actuales por alternativas más sostenibles –la mejora favorita de los encuestados–, actualizar el diseño del espacio de la cocina por otro que permita ahorrar energía, incorporar áreas para el reciclaje y compostaje, instalar limitadores de caudal y, finalmente, elegir materiales sostenibles en los muebles o encimeras.
No obstante, la realidad parece imponerse a los deseos, como se trasluce del hecho de la falta de información sobre los beneficios concretos de estas mejoras –una demanda que comparte el 37% de los encuestados– y del coste de estas: uno de cada tres encuestados no está dispuesto a asumir el sobreprecio de la sostenibilidad y solo el 12% lo haría sin dudarlo.
Aun así, la confianza de los encuestados en la tecnología no se resiente. Más del 70% apuesta por incorporar soluciones tecnológicas y de domótica y otro 30% considera que estas tienen un efecto muy positivo sobre la experiencia de usuario.
Un ranking de innovaciones tecnológicas que encabezan las superficies y electrodomésticos autolimpiables, seguido de las apps o herramientas que sugieran recetas a partir de los ingredientes disponibles en la despensa, los electrodomésticos inteligentes que alerten sobre alimentos que se están agotando o a punto de caducar, los robots y asistentes, y las superficies o encimeras con inducción para mantener la temperatura de los platos.