Entrevista al profesor Luca Piretta, médico gastroenterólogo y nutricionista
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¿Qué papel tienen las etiquetas en la parte frontal del envase de los alimentos?
Ese es un asunto muy importante que se va a desarrollar en los próximos meses, ya que la Unión Europea va a decidir qué tipo de etiqueta se va a utilizar en los envases. El sistema más conocido es el Nutriscore, que está representado por unas letras que van desde la “A” a la “E”, de verde a rojo, e indica cuáles son los alimentos que más grasas, azúcares y ácidos grasos saturados contienen como una advertencia al consumidor para que pueda consumir el alimento que sea más saludable.
Esto genera un problema y es que cada alimento no se compone de un solo nutriente, sino que se compone de varios. Si nosotros informamos sobre uno solo y nos olvidamos del resto, nos arriesgamos de aconsejar mal al consumidor porque, muy difícilmente, con una porción de un alimento vamos a sobrepasar el límite de las grasas, de los azúcares o de las calorías. Así que, intentamos querer hacer algo bien y terminamos por hacerlo mal.
La alternativa que ha propuesto Italia es el NutrInform Battery, un mecanismo caracterizado por la presencia de un sistema de información, siempre de esos nutrientes, es decir grasas, azúcares, sal, calorías y ácidos grasos saturados, donde el consumidor no está incentivado para consumir o, al contrario, desincentivado para hacerlo. Simplemente está informado.
En este modelo no hay colores y se explica cuánto se va a consumir de cada nutriente con la porción y no con los 100 gramos que aconseja Nutriscore, así que es más personalizado. El consumidor sabe, si va a comer una porción de ese alimento, cuántos azúcares le quedan por consumir a lo largo del día. No es una advertencia que va, de repente, a desaconsejar al consumidor el consumo de un alimento que no tiene ningún sentido dejar de consumir.
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¿Cree que el Nutriscore es una medida eficaz y veraz a la hora de informar al consumidor?
A primera vista es eficaz, porque se puede reconocer de forma muy inmediata gracias a las letras y a los colores. Es eficaz en ese sentido. Sin embargo, no creo que vaya a ser eficaz en mejorar el estado de salud de la población, precisamente porque sus consejos y las letras están calibrados alrededor de los 100 gramos. Nosotros no vamos a comer 100 gramos de aceite ni vamos a comer 100 gramos de pizza
Entrevista al Doctor Luca Piretta médico gastroenterólogo y nutricionista
Por ejemplo, las pizzas congeladas son unos 450/500 gramos. Sí Nutriscore la calibró con una letra con valor positivo, en verde, contemplando una ingesta de 100 gramos, pero ingerimos 4 ó 5 veces más, las grasas y las calorías van a ser muchas más de las que el Nutriscore calculó para atribuir la letra colorada a ese producto.
Realmente es un sistema que no indica cual es la nutrición aconsejable según el estado de la persona, sino que induce simplemente a comer un producto en lugar de otro y se presta a la manipulación. Por ejemplo, en un refresco como la Coca-Cola, si quitamos el azúcar, vemos que sobrepasa la letra D y no es aconsejable consumir este tipo de bebida en abundancia simplemente porque no tenga azúcar. Entonces, inevitablemente, se va a prestar a mucha confusión.
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Hablando de Nutriscore decimos que, en cierto modo, ignora la dieta mediterránea, ¿qué opina Dr. Piretta?
Claro porque, por ejemplo, si observamos muchos de los productos típicos de la dieta mediterránea como el aceite o los quesos, van a ser altamente penalizados bajo ese sistema. Además, no está armonizado sobre una dieta, porque son una serie de prohibiciones que no tienen nada que ver con la dieta mediterránea que, como sabemos, cumple con las exigencias de la pirámide alimenticia, permitiendo abarcar todo lo que tenemos que comer.
Tenemos que aprender acerca de la proporción de los alimentos que debemos consumir, ya que no hay alimentos prohibidos. El Nutriscore hace una distinción entre alimentos buenos y malos. Esta distinción no tiene sentido porque no existen alimentos buenos o alimentos malos.
Podemos comer de todo si sabemos en qué proporción hacerlo y cuáles son las cantidades correctas que debemos ingerir. La dieta mediterránea nos enseña a comer, sobre todo, alimentos de origen vegetal y menos de origen animal, pero en ningún momento se prohíben. Tenemos que aprender un sistema de educación nutricional.
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¿En qué consiste concretamente el NutrInform y qué impacto puede tener en los consumidores?
El NutrInform es un sistema que nos indica a través de una batería, como la de la carga del teléfono, cuánto la llenamos con cada nutriente en función de la porción que vayamos a ingerir de ese alimento. Así que, si comemos un alimento que tiene, por nuestra necesidad, un 20 o 30 % de grasas, sabremos que en el resto de la jornada vamos a poder consumir el 70 % de grasas restantes en la ingesta diaria recomendada.
Es una información que necesita de una cultura nutricional por parte del consumidor. Esto es, a su vez, una tarea que tienen que hacer las instituciones, escuelas y familias para educar a la población porque es la única manera de mejorar el nivel de obesidad, de enfermedades cardiovasculares o de diabetes, que es el objetivo de la etiqueta frontal en el envase: mejorar la salud de la población. Pero, si solo nos limitamos a sugerir que “esto se puede comer” o que “esto no” no educamos a nadie. Lo que la Unión Europea quiere, precisamente, es aportar información y no condicionar como hace el Nutriscore, sino dar la información que deberían dar las etiquetas.
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¿Qué importancia tiene la educación nutricional para mejorar el estado de la salud?
Esto es la premisa de la que partimos. Una correcta alimentación es la manera más importante para prevenir enfermedades. Casi todas las enfermedades que conocemos en los países occidentales derivan de nuestros comportamientos. El más importante de todos es el comportamiento alimentario, que es el principal, y viene antes de todos los demás.
Después están también la actividad física, el reposo, la convivialidad y el aprendizaje en cuanto a cómo cocinar los alimentos en sí ya que, por ejemplo, no es lo mismo consumir el aceite crudo que frito. Así que, cambia mucho en el discurso de la alimentación el aprender cómo cocinar los platos y los alimentos que vamos a encontrar en la mesa.
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¿Cuál es la relación entre la Dieta Mediterránea la cocina italiana y la española con la sostenibilidad y la salud?
Todos esos conceptos son muy importantes, pertenecen a un sistema mucho más amplio de educación, como le decía, en la escuela, la familia y las instituciones.
Sobre la dieta mediterránea tenemos una gran cantidad de documentación y publicaciones científicas que indican que es el mejor modelo alimentario que podemos adoptar. Es obra de los países mediterráneos, como España, Italia, Grecia… ya que poseen los recursos principales de esta dieta en abundancia. La dieta mediterránea no consiste solo comer pasta. Tanto la pasta, como el arroz o el couscous pertenecen a la sección de los cereales, que es uno de los pilares de la dieta mediterránea. Tanto las verduras, la fruta, las nueces, el aceite, las legumbres son partes importantes.
Después están el pescado, el jamón y los productos lácteos como el queso, que también forman parte de la dieta mediterránea, pero deben ingerirse en menor cantidad. Los más importantes son los cereales, las frutas y verduras, las nueces, el aceite, las legumbres, etc. Y esa es la esencia de la dieta mediterránea.
Con iniciativas como la semana de la Cocina Italiana en el mundo que se acaba de celebrar, nuestro país pretende dar a conocer la verdadera dieta mediterránea, porque a veces pensamos que sí que la seguimos y no lo hacemos. Por ejemplo, nosotros en Italia no la seguimos tanto como creemos y tenemos que aprender a seguirla. En los últimos años nos hemos alejado de la verdadera dieta mediterránea y debemos acercarnos otra vez. Y esa es la función principal de estos eventos: dar a conocer lo importante que es y la cantidad de salud que nos puede aportar hacer una prevención correcta a través de la alimentación basándonos en la dieta mediterránea.