Cómo lograr tus objetivos de Año Nuevo
Dejar de fumar, aprender algún idioma, perder peso, ponerse en forma o cambiar de trabajo son algunos de los objetivos que más escuchamos en estas fechas. Las fiestas han quedado atrás y ha llegado la hora de la verdad.
Es el momento de ponernos manos a la obra, sin más retrasos. En éste artículo aprenderás varias pautas comprobadas científicamente que te acercarán a tus objetivos, manteniendo la motivación para que tus esfuerzos se vean recompensados.
¡Vuelta a la cruda realidad!
Podría parecer mentira, si no fuera porque todos los años ocurre lo mismo, pero después de nuestros alegatos y firmeza a la hora de defender aquello que queremos cambiar, pasados varios meses volvemos a nuestras antiguas rutinas y nuestros objetivos se vienen abajo. Aproximadamente, en el mes de marzo, más de la mitad de las personas que habían decidido apuntarse al gimnasio o comenzar la dieta o dejar algún hábito perjudicial, cesan en su intento. ¿Cuál es la razón? ¿Estamos haciendo algo mal? Definitivamente sí.
Últimamente se escucha mucho que para instaurar un hábito, sea el que sea, sólo necesitamos 21 días de práctica. A partir de entonces, casi por arte de magia, ya no nos supondrá un esfuerzo y el nuevo hábito estará afianzado. Esta creencia tan extendida, no sólo es falsa, sino que supone una fuente de frustraciones para todos aquellos que pasados los meses ven cómo les sigue costando el mismo esfuerzo o más, ya que, a medida que pasa el tiempo, nuestra fuerte motivación inicial se va perdiendo. Es completamente normal, después de años reforzando nuestros “malos hábitos”, no bastarán unos días para cambiarlos.
Por muy rápido y muy motivados que estemos al principio, debemos ser conscientes de dos realidades: la primera es que va a suponer un gran esfuerzo, de lo contrario, ya lo habríamos conseguido. La segunda es que por mucha prisa que tengamos, los principios que mantienen y modifican los comportamientos tienen su tiempo y es mucho mejor ir poco a poco. ¿Por qué? Porque si no, nos cansaremos a los pocos meses. Demasiados cambios a la vez multiplican el esfuerzo y finalmente abandonamos. Salvo a algunas personas que tienen una voluntad de hierro, al resto de mortales nos irá mejor si vamos lentamente.
Cómo lograr tus objetivos: Pautas para cambiar de hábitos
1.Define claramente tus objetivos a corto plazo y preferiblemente en positivo. De modo que en lugar de proponernos “perder 10 kilos” podemos decir: “comer saludablemente todos los días durante 3 meses”. O por ejemplo, en vez de “apuntarme al gimnasio”, “los lunes, miércoles y viernes dedicar 45 minutos a hacer ejercicio en el gimnasio”. De modo que diariamente no habrá ninguna duda de si hemos cumplido nuestro objetivo o no.
2. Integrar el objetivo en nuestro día a día: por mucho que nos guste engañarnos, es mejor aceptar la realidad. Si queremos comer sano, pero trabajamos en un restaurante de comida rápida, sólo disponemos de varios minutos para comer, nuestros compañeros comen lo que queremos dejar de comer y disfrutamos mucho comiendo en su compañía… nos va a resultar muy difícil logar nuestra meta. Los objetivos han de ser realistas y empezar con pequeños cambios. Ir sustituyendo poco a poco los hábitos para que el salto no sea tan brusco. Por ejemplo, si trabajamos todo el día y queremos hacer ejercicio, aunque lo “ideal” sea dedicarle 30 minutos al día, es mejor comenzar con 10 minutos. ¿Servirá de algo hacer tan poco ejercicio? Por supuesto, porque después de varias semanas será mucho más fácil encontrar otros 10 minutos y así poco a poco sacaremos tiempo.
¡No te obsesiones!
3. Haz un plan: olvídate de tu gran objetivo, que ya has definido, y elabora un listado diario de actividades que tienes que hacer para llevarlo a cabo. Haz el seguimiento diario de dichas actividades. Si el objetivo es perder peso y ya tienes en tu poder la dieta que vas a seguir, marca cada día que la cumplas y olvídate del peso. Eso llegará después. Lo importante es que estás haciendo las actividades que te llevarán a lograr el objetivo. No te obsesiones.
4. Refuerzo, refuerzo y más refuerzo: un refuerzo es una consecuencia que sigue a una conducta y hace que se repita. Podemos entenderlo como un premio, y debemos premiarnos antes de hacer la conducta, durante y después. Antes y durante mediante frases de ánimo, de orgullo, de lo bien que lo estamos haciendo. Podemos crear un ambiente agradable para promover el nuevo hábito. Por ejemplo, podemos comprarnos el cd de nuestro artista preferido y escucharlo sólo cuando hagamos ejercicio. O leer el libro que queremos cuando tengamos ganas de fumar. Y después de realizar la actividad marcada, podemos darnos otro tipo de premios: materiales, un paseo, hablar con alguien…. Cualquier cosa divertida que se te ocurra.
Recuerda que será más fácil lograr tus metas si sigues estas pautas y consejos, pero eso no quiere decir que no vaya a suponer un gran esfuerzo. Cada día hay personas que trabajan por lograr su objetivos ¿Crees que puedes ser una de ellas?
Psicólogo
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