Cómo saber si un cirujano plástico es de fiar
De vez en cuando, a través de los medios, nos enteramos de que algún cirujano plástico, por culpa de una mala praxis o por falta de conocimientos y/o aptitudes, ha practicado un «estropicio» en el físico de algún paciente. Y no son pocos los que lo hacen.
Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, sólo en España hay unos 9.000 médicos sin la titulación ni la formación adecuadas que realizan intervenciones de estética.
Y es que, si cuando alguien sufre un ataque al corazón, se pone en manos de un cardiólogo con una titulación acreditada ¿por qué, a veces, no hacemos lo mismo cuando se trata de un cirujano plástico? Deberíamos actuar de igual modo, pero ¿cómo podemos saber que el cirujano plástico al que confiamos nuestro físico es de verdad? ¿Qué criterios podríamos -y deberíamos- seguir a la hora de hacer la elección de las mejores manos, a la hora de someternos a una operación estética? En palabras de Beatriz González Meli, vicesecretaria de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), el primer requisito sería comprobar si el profesional que hemos elegido tiene la titulación adecuada “la SECPRE, en su página web tiene un listado de profesionales, la cual incluye el contacto de todos los miembros de cada provincia. Además, los colegios de médicos provinciales también pueden facilitar, en sus sedes, la información de los cirujanos plásticos que han registrado allí su título de especialista.
Otra pista es el lugar de trabajo. González Meli señala que “los profesionales serios ejercen su profesión en un chiringuito”. O sea, que ni acercarse a aquellos que operan en pisos o domicilios particulares “ha de ser en clínica u hospital que cuente con la certificación adecuada y los medios necesarios para atender cualquier complicación que, durante la intervención, pudiera surgir”.
El cirujano plástico de las 10.000 rinoplastias
Estamos hablando del cirujano plástico Roberto Zelicovich, uno de los mayores expertos mundiales en rinoplastia o retoque de la nariz (ha operado a unas 10.000 personas, entre ellas a muchas celebrities de las que el doctor, por secreto profesional, no quiere dar nombres. Zelicovich, medalla de oro de la Asociación Española de Profesionales de la Imagen (AEDEPI), lo tiene claro “un cirujano plástico no es un mago. Es imposible transformar a una persona, que tiene una determinada estructura facial, en Charlize Theron”.
Otro elemento que hay que tener en cuenta, y que el profesional que nos vaya a operar debe poner en nuestro conocimiento es, según Zelicovich, la valoración de los posibles riesgos médicos o contradicciones de la operación “legalmente, el médico tiene la obligación de presentarle, al paciente, un consentimiento informado, por escrito y previo a la intervención, en el que constar todas las posibles complicaciones que pudieran surgir en la intervención”. En este sentido, prosigue Zelicovich, existen diversos elementos físicos y mentales del paciente que pueden desaconsejar la intervención “por ejemplo, alguien que padezca problemas, cardiacos, pulmonares o que se medique con anticoagulantes. Además, también podría ser desaconsejable practicarle una operación estética a alguien con una personalidad inestable, que tenga una visión alterada de su físico o que entre en el quirófano sin estar demasiado convencido de ello, quizás, presionado por su pareja”.
Además de recoger toda la información posible, tanto de la operación como del cirujano que la va a practicar, también deberíamos buscar respuesta a preguntas como ¿Qué tipo de anestesia se va a utilizar? ¿Qué tiempo tendremos de postoperatorio y cuando podrán verse los resultados? ¿habrá que seguir algún tratamiento de cabina tras la intervención? ¿Cuál será el coste? ¿está incluido en el precio de la operación o debo pagarlo aparte? ¿hay alternativas a la intervención? ¿los resultados de la operación serán duraderos? Si notas que el cirujano te responde alterado, o nervioso, a estas preguntas, o se reciben respuestas ambiguas, será mejor descartarlo y buscar en el siguiente de la lista.
Operarse fuera de España
Para determinado tipo de intervenciones está de moda. Mucha gente lo hace y la experiencia acaba bien, pero hay que tener cierto cuidado… a ver si lo barato va a salir caro, carísimo. para quienes viajen al extranjero para someterse a una intervención plástica, la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética completa estos consejos con un decálogo en su página web (www.isaps.org) que sirve como orientación. Entre otras cosas, la sociedad recomienda conocer la formación del cirujano, si habla nuestro idioma, si pertenece a algún organismo internacional, si será nuestro interlocutor durante el proceso… Cómo son las instalaciones donde se realizará el posoperatorio, si nuestro seguro personal cubre las cirugías en el extranjero, quién nos atenderá en caso de complicaciones…
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