Dia Mundial del Glaucoma: a partir de los 40 años revisa tus ojos
La detección precoz del glaucoma, las revisiones anuales a partir de los 40 años y un tratamiento individualizado son las claves principales para hacer frente a esta enfermedad.
“La única forma de prevenir el glaucoma es detectarlo precozmente, por lo que recomendamos una revisión ocular anual a partir de los 40 años en la que comprobar la presión intraocular, ya que es el signo principal que nos permite detectar la enfermedad”. Así lo asegura la Dra. Susana Duch, directora de la Unidad de Glaucoma y de la Unidad de Traumatología Ocular de Innova Ocular ICO Barcelona, quien considera “importantísimo” el diagnóstico temprano en una patología con riesgo de pérdida visual irreversible y cuyo Día Mundial se celebra hoy, 12 de marzo.
“Hay que conocer que la enfermedad existe. Conocer no es temer, sino prevenir. La revisión oftalmológica es importante, y no debe detenerse en una graduación de nuestras gafas y en una toma de tensión ocular aislada, sino que ha de profundizar en la detección de la enfermedad mediante la observación y estudio del nervio óptico”, añade.
En este ámbito, la especialista incluye las campañas de detección precoz y la información a la población, pero también “la posibilidad de detección de perfiles genéticos susceptibles a padecer glaucoma y de tener al alcance de todos la tecnología adecuada para el seguimiento de la enfermedad”, como se tiene en todos los centros de Innova Ocular, la red nacional de clínicas de Microcirugía Ocular a la que pertenece Innova Ocular ICO Barcelona.
Avances y retos en glaucoma
Los avances diagnósticos para el estudio de las células ganglionares y el nervio óptico, la aparición de técnicas quirúrgicas eficaces que conllevan menos complicaciones, y por ende son más seguras, y la aparición de nuevos tratamientos médicos, colirios combinados y sin conservantes, que permiten el uso continuado de una terapia que en muchas ocasiones se debía interrumpir por intolerancia por parte del paciente, son el tercer logro importante alcanzado en esta área, en opinión de la oftalmóloga.
Y es que, pese a estos progresos, aún hay camino por recorrer en la consecución de tratamientos más eficaces, mejor tolerados, más fáciles de administrar y con menos efectos secundarios, así como de técnicas quirúrgicas más eficaces y menos invasivas, con un mayor perfil de seguridad y una menor tasa de complicaciones. Más aún, añade la Dra. Duch, “el reto más importante es conseguir tratamientos que no solo impidan el avance de la lesión neurológica, sino también la restauración del tejido perdido; me refiero a la neuroprotección y a la neurorregeneración, que por el momento se encuentra en el ámbito de la investigación”.
Presión intraocular: principal factor de riesgo a controlar
El glaucoma es una enfermedad que se produce por un incremento de la presión interna del ojo, provocado a su vez por una obstrucción en la salida del humor acuoso del ojo. En el glaucoma agudo, la obstrucción de la salida del humor acuoso se produce de forma súbita, provocando un dolor intenso en el ojo que el paciente detecta inmediatamente, lo que hace que acuda a un servicio de urgencias, mientras que en el caso del glaucoma crónico, conocido como “ceguera silenciosa”, la obstrucción es progresiva y el paciente no es consciente de aumento de la presión hasta que percibe que tiene problemas de visión periférica. En este caso, la presión intraocular puede dañar el nervio óptico de forma irreversible y el proceso puede durar años.
El principal factor de riesgo para el glaucoma es la elevación de la presión intraocular, pero hay otros como la raza, la edad y los antecedentes familiares. Por otra parte, el glaucoma puede aparecer de forma secundaria a traumatismos oculares, acompañando a enfermedades inflamatorias oculares, como complicación en ciertas cirugías intraoculares o como resultado de una malformación o desarrollo inadecuado de las estructuras intraoculares.
Diagnóstico y tratamiento de vanguardia
Así, menos en el glaucoma agudo, que es mucho más infrecuente en nuestro entorno y en el que hay síntomas claros, el diagnóstico del glaucoma crónico se basa en la detección de los factores de riesgo, principalmente de la elevación de la presión intraocular; a la que hay que añadir la detección de la lesión, de la neuropatía, para lo que se estudia la estructura del nervio óptico y su función a través de la exploración del campo visual.
“Disponemos de tecnología avanzada que nos permite estos estudios, como el análisis de la cabeza del nervio óptico, de la papila, mediante fotografías de alta definición. De forma más específica, estudiamos el nervio óptico mediante el OCT (Optical Coherence Tomography), analizamos las fibras nerviosas mediante el GDx, y realizamos estudios de la estructura de la papila mediante el Heidelberg Nerve Analyzer”, explica la directora de la Unidad de Glaucoma de Innova Ocular ICO Barcelona, indicando que esta tecnología, de una elevada sensibilidad y especificidad, “ha permitido mejorar el diagnóstico y seguimiento de todos los pacientes de riesgo o sospechosos de glaucoma”, así como detectar el avance de la enfermedad y de esta forma poder individualizar el tratamiento para cada paciente.
Una vez diagnosticado, el glaucoma debe ser clasificado, considerando su estadio y sus características propias, ya que no todos evolucionan de la misma manera. No obstante, a excepción de ciertos tipos de glaucoma que requieren de abordaje quirúrgico de entrada, la mayoría se controlan con tratamiento médico (colirios) o laser. Cuando estos tratamientos no son eficaces, no son tolerados, hay incumplimiento terapéutico por parte del paciente o no se consigue con ellos la presión objetivo, el tratamiento quirúrgico es imprescindible.
«Durante estos últimos años se han asentado en nuestro medio técnicas de reconocida eficacia, la cirugía filtrante no penetrante, así como la utilización de dispositivos de drenaje, con o sin sistemas valvulados, que, debido a su elevada efectividad, son utilizados con más frecuencia y de forma más estandarizada. Más reciente es la introducción de las técnicas microinvasivas (MICS), que empiezan a hacerse un lugar en nuestro medio, especialmente para aquellos casos que no requieren un descenso de la presión ocular elevado; es decir, para aquellos glaucomas incipientes”, añade la Dra. Duch.
En cualquier caso, si bien la oftalmóloga indica que no existe un protocolo generalizado en tratamiento del glaucoma, sí existen guías como las americanas y las europeas, a las que pronto se sumarán las recientemente realizadas Guías Prácticas para el Tratamiento del Glaucoma, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España y la agencia AQuAS (Agencia de Qualitat i Avaluacio Sanitaries de Catalunya), presentadas en el último congreso de la Sociedad Española de Glaucoma.
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