Dieta saludable para niños: cómo adaptarse al ritmo escolar
Mantener una dieta saludable es necesaria para nuestro organismo, al menos si queremos que funcione correctamente.
El Grupo de Revisión Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN), definen una dieta saludable como: “Aquella que permite alcanzar y mantener un funcionamiento óptimo del organismo, conservar o restablecer la salud, disminuir el riesgo de padecer enfermedades, asegurar la reproducción, la gestación y la lactancia, y que promueve un crecimiento y desarrollo óptimos. Debe ser satisfactoria, suficiente, completa, equilibrada, armónica, segura, adaptada, sostenible y asequible.”
Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, el 18, 67% de los niños sufren sobrepeso y el 8,94% son obesos. Las principales causas de obesidad infantil son una alimentación inadecuada y el sedentarismo.
Durante el verano los niños cambian sus hábitos, no tienen horarios fijos y tienen más tiempo libre. Esto repercute en su salud a la hora de alimentarse, y en muchos casos conduce a un aumento del peso corporal.
Para frenar estos altos índices de obesidad y sobrepeso infantil, la Asociación “5 al día” recomienda volver a la rutina poco a poco, retomando los horarios, la práctica de ejercicio físico y una correcta alimentación para afrontar las largas jornadas escolares.
Teniendo en cuenta que los niños no eligen su alimentación, son los padres y los centros educativos los que juegan un papel determinante en la adquisición de hábitos saludables por parte de los menores.
Desde “5 al día” nos dan algunos consejos para hacer más fácil la vuelta al cole de los más pequeños de la casa, ¡sigue una dieta saludable!:
–El desayuno, es una de las principales comidas del día, debe incluir, lácteos bajos en grasa, cereales integrales poco azucarados y fruta. Es importante que los niños (y los adultos) no se lo “salten” ya que les aportará los nutrientes y la energía necesarios para afrontar la jornada.
–A media mañana, durante el recreo, es recomendable que los niños tomen algún alimento, especialmente si no han desayunado o el desayuno no ha sido completo. Debemos huir de la bollería industrial, los snacks salados o la bebidas azucaradas ya que son productos ricos en grasas, sal o azúcares añadidos, nutrientes que en exceso son perjudiciales para su salud. Una buena opción es la fruta fresca, como por ejemplo, una manzana, un plátano o un par de kiwis, completada con un pequeño bocadillo y agua
–A mediodía, debemos presentar una comida variada, que resulte atractiva al niño y que incluya al menos una ración de verduras y una fruta de postre. Las legumbres, las patatas o el arroz o la pasta integrales, son base de los platos de la comida, junto a pequeñas cantidades de carnes magras, pescados o huevos.
La merienda a media tarde toma especial importancia en los niños que hacen algún deporte. Los frutos secos, como nueces, avellanas y almendras, junto con la fruta fresca y el agua, son alimentos básicos para esta toma donde los dulces, bebidas azucaradas y aperitivos fritos, son alternativas menos saludables.
-En la última comida del día los padres deberán tener en cuenta los menús escolares para completar los alimentos ingeridos por el niño. La cena debe ser ligera y al igual que en la comida, debe haber presencia de hortalizas como plato principal o en guarnición junto a pescados, carnes magras o huevos, y una fruta de postre.
-Por último debemos recordar que los adultos somos el espejo de nuestros pequeños y debemos dar ejemplo: «si nosotros comemos saludable, ellos también lo harán».
Siguiendo estos consejos mayores y niños volverán a practicar una dieta saludable, ¡practica vida sana!