Ensalada caprese con salvia

La ensalada caprese puede que sea una de las más famosas de nuestra Dieta Mediterránea, su nombre nos llega desde la Isla de Capri, ¡qué hermoso lugar! Y aunque la original lleva albahaca, he querido incorporar otro tipo de hierba aromática a mi ensalada favorita para darle un toque.

Partiendo siempre de productos de primera calidad en cualquiera de nuestras recetas, también podemos analizar los beneficios que nos aportan cada uno de ellos, que son muchos, como en esta aparentemente simple y rápida ensalada caprese.

El tomate y el aceite de oliva virgen, son dos de los ingredientes principales, ambos son antioxidantes, y previenen las enfermedades cardiovasculares, nos aportan vitamina C y E y nos protegen de la arteriosclerosis.

No puede haber una buena ensalada caprese, sin un buen queso mozzarella de búfala, aquí es donde tenemos que mirar bien las etiquetas, ya que es difícil encontrar el auténtico y cambia mucho el sabor si elegimos uno elaborado con leche de vaca.

El alto contenido de calcio en el queso nos viene muy bien para los huesos en épocas de crecimiento, en la menopausia, o para cuando se están formando tejidos nuevos por un accidente o una operación. Este tipo de queso, al ser fresco, contiene muy poca materia grasa, por lo que se puede consumir de manera habitual.

La salvia le va a aportar el toque fresco a nuestra ensalada, sin olvidarnos que es un magnífico anti inflamatorio y que nos ayuda en las digestiones pesadas.

Como anécdota os puedo contar que esta ensalada lleva los Colores de la Bandera de Italia, rojo, blanco y verde, ¿a qué no os habéis fijado? Pues vamos con la receta que es lo importante.

Ingredientes,¿qué necesitas?

-2 tomates (medianos), en este caso clase Kumato

-1 bola de Mozzarella de Búfala, (¡como hemos dicho antes atención a las etiquetas!)

-un pellizco de sal

-pimienta negra (preferiblemente recién molida)

-aceite de oliva virgen

-hojas de salvia (al gusto)

¡Empecemos!

1. Lava y seca con un poco de papel de cocina los tomates.

2. Escurre la bola de queso para que no suelte suero en la ensalada.

3. Quita el corazón a los tomates y córtalos en rodajas (no tienen porqué ser muy gruesas).

4.Corta en rodajas la bola de queso.

5. Pon el tomate y el queso intercalando las rodajas unas con otras y salpimenta.

6. ¡No te olvides de la salvia!

7. Regar generosamente con aceite de oliva virgen.

Lista para comer, ¡servir y disfrutar¡