Ginecomastia: Señales de alarma
La ginecomastia, según datos oficiales de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), afecta entre el 40% y el 60 % de los varones.
La ginecomastia es la patología mamaria más habitual en los hombres. Con este término se define el aumento del tamaño de las mamas masculinas, bien sea por el exceso de grasa, bien por la acumulación de tejido mamario.
Causas habituales de la ginecomastia
En el primero de los casos, asociado a la obesidad y a la falta de ejercicio, puede ocurrir que el paciente se someta a una dieta de adelgazamiento o a una puesta a punto física y que su pecho no consiga los estándares de firmeza que el resto del cuerpo. En dichas ocasiones, el hombre decide someterse a la cirugía estética para igualar tal defecto.
La misma solución se ofrece para los varones que presentan un pecho con un volumen más propio de la mujer. La acumulación de tejido mamario puede deberse a factores genéticos o a trastornos hormonales.
La intervención para este tipo de problema se trata de un procedimiento sencillo, una liposucción en la zona, realizada con anestesia local y que no precisa de hospitalización. Eso sí, requiere de vendaje en la zona y de un reposo relativo de tres días. Además, no será conveniente no realizar ejercicio de alto impacto durante un mes.
Existe también una tercera causa que produce una hinchazón del pecho masculino. Esta última está asociada al consumo de drogas o a la ingesta de algunos fármacos. Si el tratamiento es eventual, el problema estético desaparecerá con él.
En todos los supuestos abordados el mayor problema que presenta la ginecomastia es el factor estético, y aunque en muchos casos supone una merma en la autoestima, tiene solución.
Ginecomastia y cáncer de mama
Aunque el cáncer de mama tiene menor incidencia en los hombres, debemos prestar atención a cualquier cambio en el pecho o la aparición de los siguientes síntomas:
-Cuando el aumento de volumen se dé solo en una mama.
-En el caso de volumen en niños que aún no hayan llegado a la pubertad.
-Si notamos al explorarnos una dureza en la mama.
-Si el pezón excreta algún líquido oscuro o, por supuesto, sangre.
-Si sentimos dolor o molestias en el pezón.
En resumen, ante cualquier duda o problema que surja la mejor opción será consultar al especialista.