Gripe y resfriado: Diferencias y consejos preventivos
El resfriado se manifiesta con cierto malestar general, estornudos, taponamiento nasal, picor de garganta, tos, mocos y, a veces, fiebre. Su duración suele ser de 7 a 15 días.
La gripe se manifiesta entre 2 y 3 días después de haber estado en contacto con el virus y comienza por fiebre y malestar general, mareos, enrojecimiento de la cara y quebrantamiento. En los días siguientes se manifiestan leves dificultades para respirar, goteo nasal, tos seca, estornudos y dolor de garganta. A partir del quinto día, la mayoría de los síntomas desaparecen, excepto la tos, el agotamiento e incluso la fiebre, que pueden durar varios días más.
En ambos casos la vía de contagio es la oral y respiratoria, normalmente a través de pequeñas gotitas que diseminamos en la conversación, al toser, estornudar o cuando respiramos. Las manos son una importante fuente de infecciones, porque los virus se quedan en ellas cuando reciben esas microgotas procedentes de nuestro aparato respiratorio. Por eso es el lavado de manos es uno de los procedimientos más eficaces de prevención.
Hemos hablado de virus, en ambos casos. Y eso significa que no tenemos tratamiento dirigido contra ellos. Los antibióticos son ineficaces. Por eso el tratamiento es sintomático:
- Beber mucho líquido para reemplazar los perdidos por el sudor y la fiebre.
- Guardar reposo, en función del estado general.
- Antitérmicos y analgésicos para controlar el dolor, la fiebre y la afectación del estado general.
Consejos preventivos contra la gripe y el resfriado
Hay algunas pautas que nos pueden ayudar a prevenir su aparición:
-La vida sana fortalece nuestro sistema defensivo: Dieta equilibrada, ejercicio físico moderado pero constante, intentar mantener un estado emocional positivo, evitar tóxicos, tratar enfermedades crónicas.
-La ingesta de frutas que contienen vitamina C nos puede ayudar a alejar los procesos respiratorios. Un zumo recién exprimido cada mañana es una buena medida.
-El lavado de manos correcto –detenidamente- y frecuente previene la transmisión de los virus.
-Evitar, en la medida de lo posible, lugares conocidos donde se acumulan los virus en invierno.
-Usar pañuelos desechables de papel.
En el caso de la gripe, existe la opción de la vacunación, eficaz, barata y libre de efectos adversos importantes. Se prescribe ampliamente a muchos colectivos. Pero dadas sus obvias ventajas y su bajo coste es absolutamente recomendable para toda la población, eso sí, tras consulta con su médico, para excluir las escasas contraindicaciones.
Y recordar que, en ambos casos, los antibióticos son ineficaces. Únicamente cuando se haya producido una complicación bacteriana será el momento de utilizarlos, a criterio de nuestro médico.
Neumólogo
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