Especialistas en implantología dental.Clínica Salud dental Blanco
Aunque no siempre se le da la importancia que merece, la pérdida de un diente es una auténtica tragedia para tu boca. Son muchas las consecuencias que puede tener relacionadas con la masticación y también con la estética. Además, provoca que se muevan otras piezas y que la situación empeore todavía más. Si te sucede, es vital actuar cuanto antes, por eso te invitamos a descubrir qué son los implantes corticales y los implantes cigomáticos.
¿Qué debes conocer sobre los implantes corticales y sobre los implantes cigomáticos?
Ha llegado el momento de que descubras qué son tanto los implantes corticales como los cigomáticos. Te ayudará a tener claro cuál es la opción que necesitas.
¿Qué son los implantes corticales?
Los implantes corticales son los que se colocan cuando el paciente no tiene el hueso necesario para soportar el implante. Cuando pasa mucho tiempo desde que se pierde una pieza, hasta que se busca la solución es algo que sucede con frecuencia.
Este tipo de implantes se colocan en la zona cortical, que es la que tiene mayor densidad del hueso. De esta forma, se consigue fijar primero una prótesis provisional y luego una definitiva. Así no tienes que estar sin la pieza las dos semanas que hay que esperar para la definitiva.
Se logra una gran adherencia, que permite la completa funcionalidad de la nueva pieza. Es decir, se puede masticar perfectamente con ese lado, sin que exista el riesgo de que se desprenda el diente.
Una ventaja es que es un tratamiento sustancialmente menos invasivo que otras opciones similares para colocar prótesis. Se realiza por medio de sedación consciente y el paciente puede volver a su rutina prácticamente al momento. La razón es que no es necesario abrir la encía y por eso no se necesitan puntos.
Dicho esto, no descartes sentir algo de dolor en la zona. Sigue todas las recomendaciones de tu odontólogo al respecto. En pocos días todas las molestias habrán desaparecido.
¿Qué son los implantes cigomáticos?
Otra opción para los pacientes que han perdido hueso es apostar por los implantes cigomáticos. En este caso, lo que se hace es colocar el implante en el hueso del pómulo en lugar de en el maxilar.
La intervención es sencilla y también se realiza bajo sedación consciente. El implante se coloca en el cigoma, en el hueso del pómulo, y después se fija una prótesis provisional y más adelante la definitiva.
Como en el caso anterior, el paciente puede volver a su rutina muy pronto, aunque después de ambas intervenciones se debe llevar una vida tranquila un par de días.
Con este tipo de implantes también se logra recuperar la funcionalidad y la estética facial. Las molestias que se sienten después de la intervención son leves y tu dentista te recomendará la toma de algún analgésico. Como has visto hasta ahora, la pérdida de hueso no quiere decir que no puedas optar a una nueva pieza dental. Solo tienes que apostar por los implantes corticales y los implantes cigomáticos. Con ayuda de tu dentista podrás encontrar la mejor solución para tu boca