Francisco José Iborra: «Relacionarse mantiene nuestras capacidades cognitivas intactas más tiempo»
El pasado mes de febrero, Más Que Salud estuvo en el foro internacional Reto al futuro. Un congreso donde se abordaron los desafíos que plantea el envejecimiento de la población.
Durante la jornada se trataron temas como el envejecimiento saludable o el papel de las tecnologías para vivir más y mejor. Quisimos aprovechar este encuentro para entrevistar a algunos de los expertos que acudieron a la cita.
Francisco José Iborra es director del Departamento de Biología Molecular y Celular del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), y jefe del grupo de Ruido Biológico en el CBN. Le preguntamos por uno de los grandes retos de nuestro tiempo: el envejecimiento.
– ¿Podremos algún día hablar de freno al envejecimiento?
Probablemente no podremos evitarlo, pero sí que podremos frenarlo.
-¿Qué podemos esperar si vivimos el doble de años?
Me resulta difícil imaginarme ese escenario. Pero si me permite especular, creo que en un futuro no muy lejano nuestros 80 años serán equivalentes a los 60. Estaremos activos laboralmente ya que nuestro estado de salud nos lo permitirá.
– Existen muchas formas de detener el envejecimiento: la nutrición, el estilo de vida saludable,… pero, ¿cuál sería el mejor consejo que le daría usted a nuestros lectores?
Sin duda, una nutrición adecuada. Eso significa que debemos de profundizar en la investigación acerca de la nutrición, ya que existen muchos mitos y mucha información confusa. Incluso entre los científicos no existe un claro consenso acerca de cómo influye la nutrición en el envejecimiento. Probablemente no exista una fórmula «mágica» aplicable a todos, ya que existen condicionantes genéticos en cada uno de nosotros que pueden hacer que metabolicemos los alimentos no todos igual. Por ello debemos de investigar activamente en este frente no solo para prevenir, sino también para amortiguar los efectos del envejecimiento.
Como dijo Hipócrates: «que tu alimento sea tu medicina»
Así que, ahora, con lo que conocemos, mi consejo sería: evitar los azúcares refinados, comer de manera saludable evitando las carnes rojas y evitar el sedentarismo.
También es muy importante mantener una vida social activa. Este argumento lo defiende Malcolm Gladwell en su gran libro: “Los fuera de serie”. Gladwell nos relata la historia de Roseto, un pequeño pueblo creado a finales de siglo XIX por una comunidad de italianos en Pensilvania (USA). Lo que tiene de extraordinario dicho pueblo fue descubierto por el médico local a finales de la década de los 50 del pasado siglo. Este se dio cuenta que nadie con menos de 65 años padecía de enfermedades cardiovasculares. Además, en Roseto la tasa de muerte por enfermedades del corazón en los mayores de 65 años era la mitad que la del país. Eso era sorprendente porque en los hombres menores de 65 años los ataques de corazón era la causa principal de muerte, una epidemia que asolaba América. Pero eso no era lo único peculiar de este pueblo, tampoco había habido ni suicidios, ni alcoholismo, ni drogadicción, ni úlceras pépticas. La gente moría simplemente de vejez. La dieta de los habitantes de Roseto era igual que la de sus vecinos americanos.
«La vida en las grandes ciudades nos está convirtiendo en seres insociales«
Los médicos también descartaron que se debiera a factores genéticos. La razón de la ausencia de enfermedades cardiovasculares era que los rosetanos cuidaban los unos de los otros. La gente se paraba en la calle a charlar con los vecinos, compartían lo que cocinaban. Tres generaciones vivían bajo un mismo techo, en estas familias extensas se respetaba la autoridad de los abuelos. Era una sociedad igualitaria donde los ricos ayudaban a los pobres, de modo que se borraban las diferencias sociales. Ese era el secreto, una comunidad que cuida de cada uno de sus individuos por igual creando un estado de bienestar y felicidad, que garantizaba la longevidad.
Está claro que relacionarse con los amigos y vecinos mantiene nuestras capacidades cognitivas intactas más tiempo. La vida en las grandes ciudades nos está convirtiendo en seres insociales, nos está deshumanizando.
Por ello, otro de mis consejos sería: «Márchese a un pequeño pueblo y cree su pequeña comunidad social, eso le mantendrá más sano tanto física como emocionalmente».
– ¿Se atrevería a decirnos una fecha aproximada de la existencia de tratamientos que frenen el envejecimiento realmente?
Me gustaría, pero me parece una osadía.
-En la última década, en nuestra provincia, el envejecimiento de la población viene acelerándose de manera progresiva, principalmente por ser una zona receptora de residentes jubilados de Europa, además del hecho de que las personas actualmente son más longevas. Según su opinión, ¿es beneficioso el envejecimiento para la población? ¿En qué sentido?
Con las tendencias que estamos observando en los últimos años, cada vez más gente llega a la vejez y en mejor estado.
Esto esta haciendo que nos replanteemos la edad de jubilación, con lo que cada vez más los puestos de trabajo se compartirán entre individuos con hasta 5 décadas de diferencia. Esto que puede parecer malo, creo que puede ser muy beneficioso. Un beneficio es compartir la experiencia que es un valor muy importante en muchos trabajos.
Foto portada: Francisco José Iborra durante su intervención en el foro «Reto al Futuro».