Glaucoma: qué es y quién lo padece
Se estima que en España un millón de personas podrían padecer glaucoma. Aunque la enfermedad puede aparecer a cualquier edad, el riesgo aumenta a partir de los 50 años con una incidencia del 2,1%, del 2,3% en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,5%.
El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa del nervio óptico (encargado de trasmitir la imagen que se forma en el ojo al cerebro) en la cual van desapareciendo o atrofiándose las fibras nerviosas a nivel de la salida del mismo del globo ocular (papila óptica), de forma progresiva, empezando habitualmente por las que registran la visión más periférica. Debido a ello el campo visual va reduciéndose desde su periferia hacia el centro de manera tal que en un glaucoma muy avanzado veríamos como a través de un tubo.
En Estados Unidos, se calcula que más de 2,2 millones de estadounidenses tienen glaucoma, pero sólo la mitad sabe que lo tiene. Esta enfermedad puede conducir a la ceguera, no siendo perceptible en los estadíos incipientes de la enfermedad por el propio paciente. De ahí, la importancia del diagnóstico precoz. Hay que tener en cuenta que el glaucoma es la segunda causa principal de ceguera en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, y su detección precoz se estima que puede evitar la ceguera en un 95% de los casos.
Además de la edad, como factores de riesgo podríamos incluir la raza negra, la existencia de antecedentes familiares de glaucoma, la diabetes, las enfermedades vasculares o la miopía elevada. Los métodos diagnósticos básicos en el glaucoma son la medición de la presión intraocular, la realización de campos visuales y el estudio de la papila óptica. Actualmente, las nuevas tecnologías de imagen mediante tomografía óptica de coherencia permiten una detección muy precoz y facilitan de modo no invasivo el control de la enfermedad por parte del especialista.
Tratamientos para el glaucoma
Los tratamientos son diversos. El más habitual de inicio es el tratamiento tópico (gotas). Este tratamiento requiere de un cumplimiento por parte del paciente, así como unas revisiones, que se harán más espaciadas una vez sepamos que nos encontramos en una situación de estabilidad. Disponemos también de tratamientos mediante láser, especialmente los micropulse de última generación. Por último, están los tratamientos quirúrgicos cuya finalidad principal es reducir la presión intraocular, tales como las trabeculectomías o los implantes especiales.
En conclusión, el glaucoma es una enfermedad que puede llegar a ser muy invalidante pero puede ser diagnosticada de forma precoz y establecer un tratamiento que evite conducir a grandes pérdidas de visión.
Dra. Clara Ruiz Belda
Especialista en Glaucoma