Inteligencia emocional para revertir la depresión
Reducir los problemas de salud mental es una tarea urgente: cada vez más estudios demuestran que el vínculo entre las enfermedades mentales, tales como la ansiedad o la depresión, y las físicas es fuerte. Un estudio reciente llevado a cabo por el hospital Vall d’Hebron ha demostrado que el 44% de personas que padecen de colon irritable presentan también afecciones mentales como las mencionadas.
Actualmente sufren de depresión un total de 280 millones de personas en todo el mundo, es decir, un 3,8% de la población mundial, lo que comprende al 5% de los adultos y al 5,7% de los adultos mayores de 60 años, tal y como indica un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto implica que cada vez sea más necesario implementar políticas que puedan reducir las cifras de afectados.
Inteligencia emocional para revertir la depresión: el 5% de los adultos de todo el mundo la padecen
En España, según una encuesta realizada por Statista, 3 de cada 10 personas afirmaron haber sufrido algún tipo de problema de salud mental.
Las instituciones de salud mental ya trabajan para prevenir de forma anticipativa su diagnóstico.
Además, existen profesionales que pueden ayudar a superar o paliar los efectos de estas dolencias. Alicia Hita, coach del curso de Coaching e Inteligencia Emocional de Deusto Salud, habla sobre la efectividad que tiene la inteligencia emocional como prevención y cura: “La capacidad para manejar el estrés, comprender y canalizar emociones negativas, así como establecer límites saludables en las relaciones, actúa como defensa natural contra los factores desencadenantes de la depresión”.
La técnica de la inteligencia emocional está basada, por una parte, en el concepto de entender, reconocer y gestionar nuestras propias emociones pero, por otra parte, también busca establecer relaciones saludables y poder influir de forma positiva en las emociones de los demás.
Aunque lógicamente sea un concepto muy relacionado con las enfermedades mentales, es una técnica que se extiende a cualquier ámbito con el que tengamos relación en nuestro día a día, ya sea nuestro entorno laboral o nuestras relaciones interpersonales, entre muchos otros. El hecho de que sea una técnica tan ventajosa se debe, tal y como concreta Hita, a que “incluye habilidades como la autoconciencia emocional, autorregulación emocional, motivación, empatía y un conjunto de capacidades sociales”.
Centrándonos en su uso concreto para la depresión, se ha podido concluir que es una metodología muy ligada a este tipo de trastornos debido, especialmente, a la gran influencia que tiene en la salud mental enfrentar los desafíos emocionales con resiliencia.
En este contexto, la inteligencia emocional podría ayudar a revertir la estimación de la ONU, que afirma que 1 de cada 4 personas a nivel mundial sufrirán algún tipo de problema de salud mental.
¿Cómo se relaciona la inteligencia emocional con la depresión?
- Se ha visto que aquellas personas con un índice más elevado de inteligencia emocional consiguen reducir el riesgo de desarrollar problemas de salud mental, debido a que este método puede funcionar como regulación emocional, haciendo que los pacientes consigan gestionar sus emociones de manera positiva.
- Está muy ligada con la resiliencia, que permite a las personas enfrentarse a los problemas con una visión positiva y recuperarse de ciertas situaciones complicadas, como pueden ser algunos momentos de estrés o las adversidades.
- El hecho de construir relaciones interpersonales saludables, como hemos comentado anteriormente, es clave para luchar contra este trastorno. La inteligencia emocional nos permite construir relaciones basadas en la empatía y en la comprensión de los sentimientos de los demás.
- Por último, dos partes muy importantes que potencia esta metodología son la autoestima y la autoconciencia, valores que se ven muy relacionados con una buena salud mental.
Si bien es cierto que existen personas que, de manera innata, presentan un mayor grado de inteligencia emocional, sigue siendo cada vez más necesario que se conciencie a la población -especialmente a las nuevas generaciones- de los beneficios que ofrece esta disciplina.
En consecuencia, según aconseja Hita, es recomendable que las personas reciban formaciones especializadas en este campo, ya sea a través de programas educativos o con la ayuda de expertos en la materia.