La historia de Pulgui, un perro abandonado con nuevas esperanzas
Hoy, durante mi paseo matinal, de camino a por la barra de pan y el periódico, me he encontrado con una simpática pareja y su perro, inusualmente cariñoso y alegre.
El afable animalillo ha llamado mi atención de inmediato, y aprovechando que yo también iba con mi perra Camila, quién se ha acercado a jugar con él, he entablado una conversación con la pareja. Ellos, que no eran de aquí (Alicante) sino del norte, me contaban que su perro Pulgi era adoptado, y que acostumbraban a viajar con él a todos lados.
Eso me hizo recordar una experiencia que he vivido recientemente con el abandono. Un hecho, que además, ha despertado en mí el interés en conocer más de cerca casos de adopción. Por lo que he querido saber más sobre la historia de Pulgui.
Les conté que mi hija Ana encontró 3 cachorros en un contenedor, algo sobrecogedor. Todos estaremos de acuerdo en que no hay nada más duro para un animal que no tener dueño, comida y sobretodo un hogar donde recibir amor.
El abandono es un tema muy serio, y en España, por desgracia, somos uno de los países que encabezan la lista de abandonos.
Sin ir más lejos, durante el año pasado fueron acogidos más de 138.000 perros y gatos en refugios y protectoras de nuestro país. Unas cifras cuanto menos preocupantes.
La historia del perro Pulgui
La pareja me contó que encontraron a su perro Pulgui en una cuneta, y también su estado cuando lo recogieron: «hecho un saco de pulgas». Me explicaron cómo lo metieron en el coche y lo llevaron a casa, el que sería su nuevo hogar. El nombre tiene su origen precisamente en su estado, al final de tanto llamarlo pulgas, siempre desde el cariño, se quedó con Pulgui.
Además de esto, y como personas habituadas a viajar con su perro, me contaban su asombro de que en Alicante hubiera muchos sitios donde no les permitían entrar con animales. «Casi ninguno en realidad». Lugares como puedan ser: «un centro comercial o restaurantes con grandes terrazas o jardines. En otras comunidades tienen un enfoque diferente», y que en el norte, por ejemplo, «muchos turistas extranjeros: franceses, belgas…viajan con sus mascotas y pueden ir a hoteles y locales con ellos sin ningún problema.»
Me contaban incluso, aún en mitad de la calle, cómo se les ocurría a ellos de qué forma mejorar la sostenibilidad de nuestro planeta sin criar a tantos animales, solo por el mero hecho de las modas en las razas. «Hay que ADOPTAR a los animales que ya están en este mundo, sacándolos de la perra vida que llevan , sobretodo aquellos que no tienen ni donde caerse muertos.»
Y toda esta conversación, en una mañana de domingo ventosa, me ha hecho reflexionar para escribir este Post.
Concienciación y respeto: Huellas en la Montaña
Si algo saco en claro de este asunto es la falta de concienciación respecto al abandono animal. Por suerte, hay asociaciones como Huellas en la Montaña , sin ánimo de lucro, que velan por el bienestar de los animales, luchando diariamente contra el maltrato y el abandono, con el objetivo de rehabilitarlos y buscarles una familia donde conozcan la verdadera felicidad.
Entre las tareas que realiza la asociación para mejorar la vida de estos animales encontramos las siguientes: comprar alimentos, proporcionarles atención veterinaria, mantener su albergue limpio, darles cariño…en definitiva, ayudan a recuperar a esos animales que para muchos ya no son «recuperables».
Desde aquí animo a todo el mundo a que, del modo que pueda, colabore con asociaciones dedicadas al abandono y ponga su granito de arena para mejorar la situación de estos animales, ¿cómo? Siendo voluntarios o socios, donando materiales (alimentos, materiales, juguetes, mantas, medicación…), con pequeñas aportaciones económicas, o sencillamente compartiendo historias como la de Pulgui.
Concienciemos entre todos a esta sociedad sobre el gran problema del abandono animal. Porque todo ser vivo merece merece respeto, cariño y una vida digna.
Ana Espadas
Directora de Más Que Salud
*Foto del artículo: Thelma y Zero, peluditos en adopción de la asociación Huellas en la Montaña.