La nutrición precoz en prematuros
La nutrición precoz en prematuros tiene una importancia muy alta, según SENeo y Nutricia, y destacan la necesidad de un alto contenido en proteínas en el desarrollo de los bebés prematuros.
Según los expertos, el manejo del recién nacido prematuro en general es complejo, pero el control y tratamiento de los factores controlables, como la nutrición, debe ser cada vez mejor.
La evidencia científica demuestra la importancia de no interrumpir el suministro de nutrientes en el momento del nacimiento y el papel clave de la nutrición precoz y “adecuada” con alto contenido en proteínas en los recién nacidos prematuros, lo que permite mejorar la ganancia de peso, longitud y perímetro craneal que se relacionan directamente con mejores resultados a corto y medio plazo, tanto en morbimortalidad, como en desarrollo cognitivo.
El 7,2 % de los recién nacidos en España son prematuros[1]. El número de grandes prematuros en proporción ha aumentado en los últimos años, suponiendo un 1,2% los bebés de menos de 32 semanas.
Nutricia Advanced Medical Nutrition organiza, con el aval de la Sociedad Española de Neonatología (SENeo), el curso “Qué debemos saber sobre la nutrición de nuestros niños prematuros”, dirigido a neonatólogos y pediatras de toda España, con el objetivo de incrementar y actualizar el conocimiento sobre la nutrición clínica de los bebés prematuros. En España, el 7,2 % de los recién nacidos son prematuros (nacidos antes de la 37 semana de edad gestacional)1. El número de grandes prematuros en proporción ha aumentado en los últimos años, suponiendo un 1,2% los grandes prematuros de menos de 32 semanas.
“El manejo del recién nacido prematuro en general es complejo, pero el control y tratamiento de los factores que llamamos controlables, como la nutrición clínica, debe ser cada vez mejor y ello nos supone un reto a los neonatólogos, ya que tiene efectos inmediatos en el desarrollo de órganos y sistemas, y también efectos a largo plazo en la programación de diferentes enfermedades”, comenta la Dra. María Luz Couce, Jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Clínico Universitario de Santiago y Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neonatología.
Curso online
Los médicos que deseen realizar esta formación online podrán inscribirse en la página web Nutricia For Professionals. El curso consta de seis módulos (repercusión de la nutrición y alimentación, nutrición parenteral, aspectos prácticos en la nutrición enteral, nutrición y alimentación en situaciones especiales, nutrición al alta hospitalaria y estándares actuales de valoración nutricional) y está acreditado con 6,6 créditos, equivalentes a 80 horas lectivas.
Los recién nacidos, particularmente los grandes prematuros, están dotados de un tracto digestivo inmaduro, y a ello se suma que, las enzimas que metabolizan el alimento recibido también están muy inmaduras. “Esto provoca que no puedan asimilar completamente la alimentación enteral al inicio y se deba administrar nutrición parenteral. No obstante, es muy importante el inicio precoz de una nutrición enteral mínima que le favorecerá el establecimiento de una microbiota saludable, evitará la atrofia y facilitará la maduración intestinal y la nutrición digestiva”,explica la Dra. Couce.
Impacto de la desnutrición extrauterina
El periodo entre las 24 y 36 semanas de gestación es el más crítico del desarrollo por ser el momento en que la ganancia de peso fisiológica es mayor que en cualquier otro momento de la vida. Cuando los neonatos nacen prematuramente, el suministro de nutrientes que permite su crecimiento intrauterino es interrumpido repentinamente. Por lo tanto, el aporte de nutrientes debe ser administrado lo más rápidamente posible para lograr un crecimiento postnatal temprano para la supervivencia óptima y los resultados a largo plazo.
“Cuando el recién nacido prematuro crece por debajo de lo que crecería intraútero ocurre lo que llamamos desnutrición extrauterina y, por ello, tenemos como objetivo proporcionar a los bebés suficiente nutrición para lograr una velocidad de crecimiento similar a la del útero, aunque en la práctica es muy difícil de conseguir. Y es que los recién nacidos prematuros son más susceptibles a la desnutrición y al retraso del crecimiento extrauterino y, por lo tanto, son más propensos a experimentar deficiencia esquelética, fracaso del crecimiento y, a largo plazo, retraso del desarrollo neuropsicológico”, añade la Dra. Couce.
“Se ha observado en estos bebés prematuros un menor porcentaje de masa magra, de ahí la importancia del aporte calórico y proteico óptimo pues sino esa menor masa magra se asocia a un menor crecimiento y, también, podría asociarse a una disminución de la velocidad de procesamiento cerebral. Asimismo, otras patologías concomitantes pueden resolverse mejor con una nutrición adecuada”, concluye la Dra. Couce.
Nutricia es la división de Nutrición Médica Avanzada del Grupo Danone.
Nuestra labor se centra en el desarrollo dentro del campo de la nutrición médica de productos y servicios innovadores que logren cubrir las necesidades de aquellas personas que no pueden tomar una dieta normal o para los que su dieta resulta insuficiente o inadecuada. Nuestros productos resultan esenciales para la buena calidad de vida del paciente y, en muchos casos, para contribuir a la supervivencia. Desarrollamos nuestros productos y servicios, basándonos en la ciencia y la eficacia demostrada, realizando estudios clínicos y trabajando en colaboración con los mejores profesionales de cada uno de nuestros campos de especialidad. Trabajamos en estrecha colaboración con la comunidad médica, incluyendo los propios facultativos, el personal de enfermería, dietistas, hospitales, farmacias, autoridades sanitarias y organizaciones de pacientes. Nuestra reputación está respaldada por especialistas y líderes de opinión, gracias en buena parte al liderazgo en investigación y desarrollo de nuevas soluciones en Nutrición Médica Avanzada.
[1]Instituto Nacional de Estadística
[2]Lucas A, Fewtrell MS, Cole TJ. The fetal origins of adult disease the hypothesis revisited. BMJ. 1999; 319: 245-9.