La responsabilidad en los servicios sanitarios
Francisco Lavale, abogado experto en Derecho Sanitario, nos habla acerca de la responsabilidad en los servicios sanitarios.
Los servicios sanitarios son como una maquinaria de precisión: cada elemento cumple su función y si alguno falla, por nimio que parezca, el conjunto falla. Porque, en sanidad, todo es importante, aunque no siempre exista esa consciencia.
Pacientes y usuarios reciben en directo cualquier fallo que esa maquinaria de precisión pueda tener. Productos de limpieza de baja calidad pueden suponer una mayor incidencia de infecciones. Una mala coordinación en urgencias puede provocar daños para salud y vida.
Los profesionales sanitarios, en contacto directo con pacientes y usuarios, reciben las primeras quejas que los fallos del sistema provocan. Sufren también perjuicios: escaso descanso entre jornadas, horarios limitados para la realización de pruebas diagnósticas, escasez -o ausencia- de determinados productos en stock…
Los pacientes no conocen estas realidades, ni tiene por qué, responsabilizando a los profesionales sanitarios (médicos y enfermería, principalmente), que reciben no sólo las quejas sino las denuncias de responsabilidad profesional (o sus airados anuncios verbales, al menos). Esta situación les genera estrés, frustración, sensación de impotencia y descontento, contribuyendo al síndrome burn out. Esto puede afectar tanto a su propia salud como a la calidad de su trabajo.
Sean públicos o privados, la gestión de los centros sanitarios es cosa muy seria y supone una responsabilidad muy grande.
Así lo establece la normativa vigente desde hace años, aunque algunos responsables de los servicios sanitarios todavía no lo vean así. Directivos profesionales de centros sanitarios analizan estas situaciones en numerosos foros y va asentándose la idea de la importancia de la calidad de la propia gestión en la satisfactoria prestación de los servicios asistenciales, en la reputación del centro sanitario, en sus resultados económicos, en la reducción de las demandas de responsabilidad sanitaria…
Daño reputacional
Cada vez que salta a los medios la noticia de un daño sufrido en un centro sanitario, el daño reputacional que éste sufre es terrible, duradero y muy difícil de olvidar por la sociedad. Saber que ha habido infecciones en un quirófano por falta de higiene, que alguien ha resultado perjudicado porque no se hizo una resonancia debido a que el equipo estaba averiado desde hacía meses, o que no tenía guardia un especialista que pudiera haber evitado el daño padecido por un paciente, son sólo algunos ejemplos que prueban la necesidad de dedicar esfuerzos eficaces en la gestión de los centros sanitarios.
La responsabilidad de los servicios sanitarios es de los centros y sus gestores.
Los recursos necesarios para revertir una mala noticia referida a un centro sanitario son abrumadores en comparación con lo que costaría prevenirlos. Por supuesto que existen las noticias falsas, y por supuesto que se cometerán errores, pero la inversión en la calidad de la gestión del centro previene la mayoría de esos fallos en la prestación del servicio sanitario y contribuye a reducir los daños reputacionales cuando se producen.
La responsabilidad por la prestación de los servicios sanitarios es de los propios centros, y de sus gestores. Y es posible prevenir los daños derivados haciendo que esa maquinaria de precisión funcione correctamente.
Artículo publicado en el nº 50 de Más Que Salud: