Orgasmo: 5 descubrimientos científicos que te sorprenderán
Si bien es cierto que el orgasmo forma parte de nuestras vidas, aún a día de hoy existen muchas incógnitas. Para intentar resolver algunas de ellas, científicos de todo el mundo llevan a cabo investigaciones con las que aportar más luz sobre el momento del clímax.
Valérie Tasso, sexóloga y embajadora de LELO, enuncia 5 descubrimientos científicos que en la actualidad siguen sin estar comprobados del todo. Y es que, a pesar de los avances de la ciencia parece que nuestra sexualidad es mucho más compleja de lo que imaginamos.
Orgasmo y ciencia
1. ¿Cuál es el papel del clítoris en la reproducción?
El científico biomédico británico Roy Levin atribuye al clítoris una nueva función. Es sabido que se trata de un órgano con 8.500 terminaciones nerviosas y se afirma que su única y exclusiva función es procurar placer. Sin embargo, Levin apunta que el clítoris no solo existe para obtener un orgasmo, sino también para la reproducción. Basándose en el análisis de unas investigaciones publicadas en noviembre de 2019 en Clinical Anatomy, el científico asegura que nos hemos fijado demasiado en este órgano como fuente de placer sexual y eso mismo nos ha impedido ver otra función muy sutil: su capacidad de transportar y retener esperma masculino.
“La idea de que la función única del clítoris es inducir el placer sexual, es ahora obsoleta”. Y argumenta que cuando una mujer está a punto de tener un orgasmo, el exterior de la vagina puede formar también “una plataforma orgásmica” que levantaría el útero para recibir mejor el esperma. Durante el orgasmo, los músculos del suelo pélvico se contraerían de manera rítmica y, aparte de inducir la excitación sexual, prepararía el cuerpo femenino para la reproducción, asegurando, así, una mayor fertilización. Las explicaciones de Levin aún están en entredicho y se necesitarán investigaciones adicionales para demostrar si es cierto.
2. Todas las mujeres eyaculan
Hay mujeres que no tienen constancia de eyacular y, por tanto, consideran que no lo hacen. Sin embargo, algunas investigaciones han demostrado que la eyaculación femenina se da en la mayoría de las mujeres, aunque no lo noten. En 1994, el doctor sevillano Francisco Cabello, médico y sexólogo, investigó y analizó la orina de varias mujeres que aseguraban no eyacular en ningún momento. Para ello, tomó una muestra de orina pre-orgasmo y otra de orina post-orgasmo. En el 75% de las muestras analizadas encontraron antígeno prostático, lo que significaba que había evidencias de eyaculación.
Cada mujer tiene un tipo de eyaculación diferente, de la misma manera que su sexualidad lo es.
Por ello, el color y espesor del líquido pueden variar, igual que la cantidad del mismo. Las mujeres que no se dan cuenta de que eyaculan es, o bien porque la cantidad de líquido es escaso, o bien porque este se redirige hacia la vejiga, como puede ocurrir en la eyaculación retrógrada de algunos hombres. Todas estas constataciones aparecen en un estudio titulado “Aportaciones al estudio de la eyaculación femenina”. Por otra parte, una de las características que tiene la eyaculación femenina es que, al contrario de la masculina, no siempre acompaña al orgasmo. Quizá por eso algunas mujeres no se darían cuenta de su eyaculación. Es más, para algunos científicos, la eyaculación femenina cumpliría una función protectora en el tracto urinario para evitar posibles infecciones.
Ahora bien, cabe destacar que el tema de la eyaculación femenina divide a la comunidad científica, todavía, a fecha de hoy. Y eso que el tema viene de lejos. Ya en su época, Hipócrates y Galeno hablaban de “semen femenino”.
3. Lo que se esconde tras los gemidos femeninos
El principal motivo es hacer creer a su pareja que ha alcanzado el clímax. Eso es lo que revela un estudio sobre conducta sexual realizado por investigadores de la Universidad de Central Lancashire, en Gran Bretaña, en 2011.
Los investigadores pidieron a 71 mujeres de edades comprendidas entre los 18 y los 48 años que respondieran a una serie de preguntas divididas en categorías como “gemir”, “gritar”, palabras como “sí” o “más”. ¿El objetivo de la investigación? Saber exactamente por qué las mujeres usan estas palabras y/o gimen y en qué momento exacto del intercambio sexual deciden recurrir a ellas.
De la muestra, cuatro de cada cinco mujeres fingían utilizando estas vocalizaciones aproximadamente la mitad de las veces que eran incapaces de llegar al orgasmo.
Según la investigación, las mujeres empleaban los gemidos y las palabras de ánimo para acelerar el proceso debido a la fatiga, el aburrimiento o las molestias en vez de ser una expresión directa de la excitación sexual. De hecho, de acuerdo con una encuesta* elaborada recientemente por LELO, el 22% de las españolas que ha fingido el orgasmo en alguna ocasión, afirmó haberlo hecho para terminar lo antes posible, ya que no estaban disfrutando del sexo.
¡Y atención! El estudio realizado por la Universidad Central de Lancashire también reveló que las mujeres experimentan los orgasmos más comúnmente durante los escarceos sexuales que durante el acto sexual en sí.
4. El orgasmo mental existe
Eso es lo que investigó el Dr. Walter Ghedin, un médico psiquiatra y sexólogo en 2017. A pesar de que no hay datos científicos concluyentes sobre la frecuencia de orgasmos sin estimulación genital, Ghedin asegura que “de un 1% a un 2% de mujeres lo consiguen”. Ahora bien, es un poco confuso decir que “no hay estimulación genital”, ya que se puede dar el caso de algún frotamiento involuntario. “Es más, la propia excitación suele provocar la contracción de los músculos y cambios en la plataforma pélvica”, puntualiza la sexóloga y embajadora de LELO. Aun así, el Dr. Walter Ghedin asegura que “se podría llegar al orgasmo sin que participen los genitales, con solo fantasear, relajarse y respirar debidamente”.
5. No existe una relación clara entre el volumen de semen eyaculado y la intensidad del orgasmo masculino
Ya sabemos que son muchos los hombres que desearían tener más semen porque asocian la cantidad eyaculada con un orgasmo más o menos sentido. Sin embargo, esta relación está todavía en entredicho. Puede influir, pero no por ello determinar de manera contundente la intensidad del orgasmo. Los primeros en afirmar eso fueron los sexólogos Masters & Johnson, en las décadas de los 50 y 60.
“Está claro que el semen eyaculado es un aspecto fisiológico que puede conducir o no a una percepción subjetiva de experimentar sensaciones físicas más intensas, pero el tema es complejo y necesitará de mayores investigaciones científicas, desde una perspectiva interdisciplinaria”, opina Valérie Tasso.
Para los expertos de LELO, y como se puede apreciar a través de estos descubrimientos científicos, la mayoría de las incógnitas están relacionadas con el orgasmo femenino. “Puede que sea porque, durante muchos años, el placer de las mujeres ha sido un tema tabú. Sea como sea, el mundo de los deseos y el placer parece más complejo de lo que pensamos, pero esperamos que las investigaciones al respecto sigan avanzando y, poco a poco, vayamos aprendiendo más sobre nuestra sexualidad”, concluyen desde LELO.