¿Puedo vacunarme del Covid-19 si estoy embarazada?
¿Puedo vacunarme del Covid-19 si estoy embarazada?
¿Y llevando a cabo un tratamiento de fertilidad?
Resolvemos tus dudas.
Desde hace un par de meses, no se habla de otra cosa. La ansiada vacuna que puede cambiarnos la vida ha llegado a España. Moderna, Pfizer, AstraZeneca… ¿Cuál es mejor? ¿Qué tiempos están establecidos para su administración? ¿Es recomendable la vacunación en mujeres embarazadas, en proceso de un tratamiento de fertilidad o lactancia? Si has llegado hasta aquí sin respuesta, ¡te resuelvo todas tus dudas!
Como bien sabemos, la vacuna del Covid-19 actualmente se encuentra en fase de administración desde el pasado 26 de diciembre; y para que sea efectiva, es necesario recibir dos dosis con un mínimo de 21 días de diferencia entre ellas (en el caso de Moderna y Pfizer). 28 días en el caso de la vacuna AstraZeneca. De igual manera, la OMS ha recomendado que no se superen los 6 meses de tiempo entre la primera y la segunda dosis a la hora de administrarlas en el caso de Moderna y Pfizer; siendo un máximo de 84 días (12 semanas aprox.) en el caso de AstraZeneca.
Basándonos en la evidencia de los ensayos clínicos realizados hasta el momento, las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna han registrado una efectividad del 95% en la prevención de casos de COVID-19, confirmados en laboratorio, en personas sin evidencia de infecciones previas. Pero, ¿Qué diferencias existen entre la vacuna de Moderna y la de Pfizer?
Ambas vacunas utilizan ARN mensajero, una molécula de material genético (100 microgramos por dosis la de Moderna, 30 la de Pfizer) con instrucciones para generar temporalmente proteína spike (S), como la que encontramos en la superficie del SARS-Co-2. De este modo, el organismo la reconocerá si lo infecta el virus y generará anticuerpos.
Por otra parte, ambas vacunas necesitan ser refrigeradas, lo único que las diferencia es la temperatura de conservación en cada caso. Por un parte, la inyección de Pfizer necesita temperaturas ultrafrías, de unos 70 grados bajo cero. Mientras que el producto de Moderna puede permanecer al menos seis meses a 20 grados bajo cero y aguanta 30 días en la nevera, con temperaturas entre 2 y 8 grados. En lo referente al coste económico, la vacuna de Pfizer superaría los 15 euros por dosis y la concebida por la empresa Moderna alcanzaría los 21 euros por dosis.
Desde hace unas semanas, a estos dos tipos de vacuna, se suma la de AstraZeneca. ¿Qué diferencia existe con las anteriores?
En concreto, esta vacuna está fabricada con otro virus (un adenovirus) que ha sido modificado para transportar el gen de las instrucciones para producir la proteína S (spike) del virus. Cuando el organismo recibe la vacuna, el sistema inmunitario reconoce esta proteína como ajena y produce anticuerpos y activa las células T (linfocitos) para atacarla. Si más adelante se entra en contacto con el SARS-CoV-2, el sistema inmunitario lo reconoce rápidamente e inicia una respuesta de defensa en contra del coronavirus.
¿Puedo vacunarme del Covid-19 si estoy embarazada?
Dos estudios, llevados a cabo en el Reino Unido y en Brasil, fueron los que evaluó la EMA para proceder a la autorización de la vacuna. En ellos, se demuestra una reducción del 60% en el número de casos sintomáticos de COVID en el grupo vacunado (64 casos entre 5.258 vacunados) al compararlo con el grupo control (154 casos entre 5.210 no vacunados).
La mayoría de participantes en estos estudios tenían entre 18 y 55 años. No hubo suficientes participantes en los grupos de mayor edad para proporcionar un dato de la efectividad de la vacuna AstraZeneca en mayores de 55 años.Aunque con esto, se espera que la vacuna proporcione protección suficiente y puede ser utilizada en personas de más de 55 años de edad.
En general, los síntomas de reactogenicidad o efectos secundarios de estas vacunas aparecen dentro de los 7 días después de la vacuna, son comunes, pero principalmente de leves a moderados. Fiebre, escalofríos, cansancio y dolor de cabeza, son los efectos secundarios más comunes después de recibir la segunda dosis de la vacuna.
Teniendo en cuenta estos factores, es común que a la población española le surjan muchas dudas en casos tan especiales como el proceso de la maternidad, los tratamientos de fertilidad o la lactancia. Por ello, a continuación, hacemos un análisis al detalle de cada una de las situaciones mencionadas.
Comenzamos con una de las cuestiones más planteadas, ¿Se puede vacunar del COVID-19 una mujer que está embarazada, en proceso de un tratamiento de fertilidad o lactancia? ¿Qué efectos tiene la vacuna en esta población?
Debido a que las vacunas de ARNm de COVID-19 no están compuestas de virus vivos, no se cree que aumenten el riesgo de infertilidad, pérdida gestacional en primer o segundo trimestre, muerte fetal o anomalías congénitas. Si bien, cabe señalar que las mujeres embarazadas y lactantes fueron excluidas de los ensayos iniciales de fase III de estas vacunas,por lo que los datos de seguridad específicos en estas poblaciones por el momento no se encuentran disponibles.
La recomendación del Ministerio de Sanidad, ASEBIR (Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción) y la SEF (Sociedad Española de la Fertilidad) es que en el caso de mujeres que planean quedarse embarazadas en el futuro, es muy probable que la vacuna no ocasione problemas en el feto ni en la embarazada. De cualquier modo, si se está planeando un embarazo, como medida de precaución, se pueden esperar 2 semanas tras la administración de la segunda dosis.
En el caso de un tratamiento de reproducción asistida se recomienda también posponer la inseminación o transferencia embrionaria dos semanas tras la administración de la segunda dosis. No se considera necesario interrumpir el proceso de estudio, la estimulación ovárica, la obtención de gametos o la generación de embriones.
Otras organizaciones, sin embargo, optan por una posición más prudente. Debido a la falta de estudios sobre los efectos de las vacunas sobre los óvulos, esperma e implantación embrionaria, se recomienda posponer la búsqueda de gestación durante al menos dos meses tras la segunda dosis. Además, en mujeres vacunadas que hayan tenido un cuadro de reacción alérgica grave, se debe detener la búsqueda del embarazo hasta que un profesional sanitario lo indique.
En definitiva, los estudios en laboratorio en modelos animales no han mostrado ningún efecto dañino en el embarazo, sin embargo, la información sobre el empleo de la vacuna en el embarazo es todavía muy limitada.
A pesar de que no se dispone de estudios en la lactancia, no se espera ningún riesgo. En cualquiera de los casos, la decisión del empleo de la vacuna en mujeres embarazadas o durante el periodo de lactancia materna siempre ha de llevarse a cabo con la valoración de un profesional sanitario para evaluar individualmente los beneficios y riesgos según cada persona.
Dra. Marta Zermiani. Ginecóloga Clínica Tambre