Quinoa para combatir la migraña
Es muy probable que la quinoa no sea lo primero -ni lo segundo- que se nos viene a la mente cuando pensamos en algún producto que nos alivie la migraña, ese fuerte dolor de cabeza que nos puede durar horas -e incluso, días-.
En realidad, el remedio más habitual suele consistir en buscar un lugar tranquilo y oscuro en el que descansar y recuperarse. Sin embargo, está demostrado que ante una migraña lo mejor es consumir una buena dosis de magnesio y riboflavina -o, si se prefiere, vitamina B2-. Diversos estudios, de centros tan prestigiosos como la Escuela de Biociencias de la Universidad de Melbourne (Australia), han demostrado que, tanto el magnesio como la vitamina B2, son muy eficaces contra la migraña, tanto a la hora de reducir su frecuencia como su intensidad. Y la quinoa es rica en ambos elementos, así que… ¿por qué no probar?
Cómo funcionan
Vamos primero con la riboflavina. Las células cerebrales de personas propensas a padecer migrañas, pueden tener una disfunción mitocondrial, resultado de una mala metabolización del oxígeno. Ante esta situación, la ingestión de riboflavina permite mejorar la forma en que el oxígeno se metaboliza en el cerebro. En palabras de Concepción Romero, CEO de la empresa Naturquinoa y experta en el estudio de la quinoa “el porcentaje mínimo diario aconsejado, de riboflavina, para un adulto es de aproximadamente 1,5 a 3 mgs. La quinua contiene 0.20 a 0.46 mg de riboflavina por cada 100 gramos.
La riboflavina, además de en la quinoa, se encuentra en vegetales de hojas verdes, cacahuetes, cereales integrales, leche y productos lácteos, huevos, hígado, corazón y riñón.
En un estudio de control aleatorio, desarrollado en Bélgica, se demostró que el 59% de los pacientes que recibieron riboflavina obtuvieron una reducción del 50% en los ataques de migraña (en comparación con sólo el 15% en el grupo placebo). Sobre la cantidad de quinoa a consumir, una taza de desayuno nos proporcionará el 12% de nuestras necesidades diarias.
Con respecto al magnesio, sus propiedades para aliviar los dolores de cabeza son más que conocidas. Según un estudio de la Universidad de Maryland, la quinoa es capaz de proporcionarnos hasta un 17% de la ingesta diaria recomendada de magnesio. En esta misma investigación se indica que, si aumentamos nuestros niveles de magnesio, podemos reducir la frecuencia de las migrañas en un 41%. Esto es gracias a que el magnesio está diseñado para, entre otras cosas, mantener la flexibilidad de nuestros vasos sanguíneos. Y, dado que las migrañas ocurren, generalmente, cuando se producen estados de rigidez en los sanguíneos de nuestro organismo, la relación consumo de magnesio/alivio de la migraña parece más que evidente, Sin embargo, para que el organismo pueda aumentar la cantidad de magnesio en célula, éste tiene que disponer de la cantidad adecuada de B6… algo de lo que cada grano de quinoa está bien surtido.
Como apunte añadido, señalar que otra causa para la aparición de la migraña es el estreñimiento. Y ante esto, los altos contenidos de fibra contenidos en la quinoa pueden suponer todo un alivio.
Receta contra la migraña: sopa de verduras, legumbres y quinoa
Los ingredientes de esta receta convierten a este plato en un excelente remedio contra los dolores de la migraña. ¿Apuntas? Las proporciones de los ingredientes son para cuatro personas.
Tiempo de preparación: 10 minutos
Tiempo de cocción: 20 minutos
Ingredientes:
-Una cebolla picada
-Una zanahoria cortada en dados
-Dos dientes de ajo picados
-Una cucharadita de comino
-Una cucharadita de cilantro molido
-1/3 de taza de quinoa
-Dos tazas de caldo de verduras
-540 ml de judías blancas
-Dos tazas de espinacas
Preparación:
Empezar por calentar, a fuego medio, una cacerola grande en la que echamos aceite y cebolla. Doramos durante unos tres minutos. A continuación, añadimos zanahoria, ajo, comino, cilantro y quinoa. Cocinamos durante dos minutos, antes de añadir el caldo y dos tazas de agua. Cuando nuestro preparado alcance el punto de ebullición, habrá que reducir el fuego a medio/bajo. Luego, cubriendo, parcialmente, la olla con una tapadera, se cocina durante un cuarto de hora. Pasado este tiempo, ya sólo queda añadir las judías blancas y las espinacas. Dos o tres minutos, hasta que las judías se ablanden un poquito… y listo.
Pepe Varela