Radiofrecuencia para hemorroides: la solución definitiva
Entrevistamos al Dr. Juan Rocamora, pionero en Alicante en la aplicación de radiofrecuencia para hemorroides.
A día de hoy, el Dr. Juan Rocamora, cuenta con más de 30 años de experiencia y 20.000 intervenciones.
– ¿Cómo se realiza el tratamiento de radiofrecuencia para hemorroides?
El tratamiento se realiza bajo anestesia local y una sedación ligera. La zona alrededor de la hemorroide se anestesia para evitar cualquier molestia. Se aplica entonces energía de radiofrecuencia en la hemorroide, reduciendo el flujo de sangre a la misma, lo que hace que se contraiga e incluso desaparezca. Por lo general solo se necesita una sesión de tratamiento de 15 minutos siendo el cuidado postoperatorio mínimo.
-¿Qué ventajas presenta la radiofrecuencia para hemorroides frente a otras técnicas?
El procedimiento no provoca herida cutánea ni mucosa por lo que el dolor se minimiza con respecto a la resección clásica. Además, el paciente puede reincorporarse a su vida normal en poco tiempo.
Aunque la técnica es muy reciente, y no se dispone de datos para juzgar la eficacia definitiva, los resultados a corto plazo son excelentes y, en cualquier caso, el tratamiento por radiofrecuencia no impide realizar en el futuro una resección hemorroidal clásica en caso de recidiva
– ¿A quién va dirigido este tipo de tratamiento?
La radiofrecuencia es un tratamiento mínimamente invasivo con excelentes resultados en hemorroides internas de todos los grados, incluso en aquellas que prolapsan al exterior
Síntomas como el picor, ensuciamiento, sangrado y dolor se reducen significativamente usando este método. El resultado del tratamiento se mantiene estable en el tiempo y solo un bajo porcentaje de pacientes necesita apoyo médico adicional.
No existe indicación de la radiofrecuencia para las hemorroides externas.
– ¿Cuándo debemos asistir a consulta?
Los pacientes con cualquier síntoma anal se presentan con frecuencia en las consultas quejándose de “hemorroides”. Un diagnóstico correcto es imprescindible para poder realizar el tratamiento adecuado.
Excepto cuando se producen trombosis o edema, las hemorroides suelen ser indoloras. Las hemorragias indoloras suelen ser de sangre roja brillante y siempre asociadas a los movimientos intestinales.
Otros síntomas como protrusión de la mucosa, sensación de evacuación incompleta, secreción mucosa y deformidad estética, aparecen en los diferentes estadios progresivos de la enfermedad hemorroidal, aunque no son exclusivos de ella.
El diagnóstico correcto permite, por un lado, valorar las posibilidades terapéuticas en cada caso concreto y, por otro, descartar patologías más importantes que pueden pasar desapercibidas.
-Existen muchos falsos mitos sobre las hemorroides, ¿podría decirnos qué hay de cierto en las siguientes afirmaciones?
– Las hemorroides sólo las padecen personas mayores. FALSO.
Aparecen a cualquier edad, siendo raras en la infancia. Se calcula que el 50% de las personas de más de 50 años son portadoras de hemorroides. Aparecen en ambos sexos, aunque tiene mayor incidencia en el hombre.
– Las hemorroides no tienen cura. FALSO
– Las hemorroides pueden derivar en cáncer. FALSO
– Las superficies muy frías o muy calientes producen hemorroides. FALSO
– Estar mucho tiempo sentado en el baño provoca hemorroides. VERDADERO
– La ropa ajustada es responsable de las hemorroides. FALSO
– Por último, ¿podría darnos algún consejo prevenir las hemorroides y reducir sus molestias?
1. Normalizar la evacuación, corrigiendo el estreñimiento o la diarrea.
2. La ingesta de fibra, una alimentación variada y ejercicio físico son la mejor manera de prevenir las lesiones ano-rectales secundarias a estreñimiento.
3. Evitar el sedentarismo.
4. Evitar estar mucho tiempo de pie realizando esfuerzos musculares, así como sentados. Sobre todo en aquellas personas que tienen sobrepeso.
5. Es aconsejable realizar gimnasia local, realizando ejercicios para mejorar el tono del esfínter.
6. Permanecer mucho tiempo sentados en el WC es uno de los hábitos que más favorecen el prolapso.
Artículo publicado en el nº 53 de Más Que Salud.