Trucos para evitar la fatiga
En ocasiones podemos sentirnos cansados o fatigados, y esto es completamente normal. Sin embargo, cuando esto pasa de ser una situación puntual a convertirse en algo frecuente, es posible que sea el momento de tomar cartas en el asunto. Entre las consecuencias de la fatiga encontramos el insomnio, las malas digestiones o la sensación de apatía. Si es tu caso, y quieres ponerle freno ,toma nota de los siguientes trucos para evitar la fatiga.
8 trucos para evitar la fatiga
1. Busca tu silencio interior
Uno de los grandes problemas de la no-salud es el estrés crónico. Para la Dra. Lourdes Tomás, autora de La salud tu mejor talento (Plataforma), es imprescindible buscar el silencio en nuestro interior. “Vivimos en un mundo en el que continuamente estamos bombardeados por estímulos estresantes, algunos de ellos tan normalizados que ni siquiera nos damos cuenta. Pero lo peor, lo que más nos debilita es el vivir siempre con la mirada hacia fuera. Para gestionar el estrés moderno el primer paso es potenciar la figura del observador, darnos cuenta para poder cambiar las cosas. Cuánto más ruido haya fuera, más silencio has de buscar dentro de ti”, afirma la Dra..
2. Recupera un sueño óptimo
Tras una noche en vela o con menos horas de descanso de las que serían deseables, tenemos todos las papeletas para un día duro. Si las noches sin dormir se suceden, el cansancio está servido. “Durante el sueño nuestro cuerpo sintetiza somatomedina, una de las hormonas antienvejecimiento más importantes, responsable de la distribución de energía durante el día y de regular la memoria. Durmiendo nuestro cuerpo se repara y se pone a punto, puesto que su uso diario lo inflama, lo oxida y lo envejece”, explica la Dra. Lourdes Tomás. Dormir profundamente es esencial y a partir de los 50 o 60 años también lo es una siesta después de comer. No se trata de ponerse el pijama. Con 10 minutos es suficiente.
3. Alimentación saludable
La falta de energía es uno de los síntomas que, con más frecuencia, se presenta como motivo de consulta. “Llevamos vidas que se asemejan a las de los deportistas de élite, vidas con grandes demandas para realizar en un tiempo muy limitado, así que nos estresamos, y al hacerlo, empezamos a dormir mal y a comer peor… Restando al cuerpo las dos grandes fuentes de energía cuando más las necesitamos. Es lógico que estemos cansados. No le damos la importancia que tiene al comer y al dormir como fuerzas generadoras de salud y auténticas fuentes de energía”, apunta la Dra. Lourdes Tomás.
Estar más o menos delgada no tiene nada que ver con nuestro nivel de energía. Para la doctora Rachel Carlton, experta en medicina integrativa, es básico contar con alimentos cultivados sin pesticidas, hormonas ni antibióticos. Tomar frutas y verduras en gran cantidad. Para Nuria Roura, coach de salud, un buen truco para ganar energía es empezar a mejorar los desayunos.
Deficiencias nutricionales, ¿cómo cubrirlas para evitar la fatiga?
Hierro
- Síntomas: la falta de hierro causa anemia. Ésta avisa con fatiga, palidez y dificultad para respirar al hacer ejercicio.
- Cómo combatirla: si responde a reglas muy abundantes, los métodos anticonceptivos ayudan porque reducen el sangrado. La progesterona natural o bioidéntica también funcionan. El mejor suplemento de hierro es el que le siente bien a tu cuerpo.
Vitamina B12
- Síntomas: fatiga, hormigueo en dedos, pérdida de memoria y sensación de desequilibrio.
- Cómo combatirla: esta vitamina está presente en el marisco, la carne, el pescado y los huevos. Además, puede recetarse un suplemento.
Magnesio
- Síntomas: fatiga, debilidad muscular o espasmos, estreñimiento, depresión e hipertensión.
- Cómo combatirla: las verduras de hojas verde oscuro, la avena, el trigo sarraceno, cereales integrales, leche o frutos secos son ricos en magnesio. También se puede administrar como suplemento.
Estas son las deficiencias nutricionales más comunes, ya sean por mala absorción de los nutrientes o una mala dieta.
4. ¿8 horas en una silla? Levántate y muévete
Ocho horas (o más) sentada en la oficina, otra más en coche o autobús y se hacen las tantas. ¿Gimnasio? Llevas ya varios meses pagando y sin pisarlo. Pero, hoy tampoco. Y así, un día y otro. Un círculo vicioso con un solo resultado: te sientes más cansada.
“Salvo algunas excepciones como ciertas enfermedades crónicas o cuando hay fatiga suprarrenal, cuanto menos te muevas, más cansada te sentirás. Una actividad suave –como caminar, yoga o aquagym– aumenta los niveles de energía en mujeres fatigadas”, apunta la Dra. Rachel Carlton en El cuerpo es sabio (Urano). “Una de las primeras cosas que les aconsejo a mis pacientes cansadas es encontrar alguna actividad física que les guste, aunque solo sea dar una vuelta a la manzana. Estar al aire libre es muy relajante, reduce los niveles de cortisol y es vital para alguien que se sienta cansado, aunque sea por fatiga suprarrenal”, añade la doctora californiana.
5. ¿Fatiga suprarrenal?
Te falta la energía y motivación, te cuesta concentrarte y ni hablar del deseo sexual. Ni está ni se le espera. La fatiga suprarrenal le quita el color a la vida y te la hace ver en blanco y negro.
“La causa más frecuente del agotamiento suprarrenal es por un exceso de uso, es decir, por la cronificación de la respuesta del estrés. En sus últimas fases, las glándulas suprarrenales agotadas apenas fabrican cortisol, adrenalina o DHEA y ello nos lleva a una situación límite donde aparece una fatiga y un cansancio extremo, insomnio, trastornos del ánimo, disfunción sexual o trastornos menstruales. También una menor tolerancia al estrés en la que cualquier pequeña decisión se nos hace un mundo. Todo ello provoca que nuestro sistema inmune se encuentra débil y agotado”, explica la Dra. Tomás, directora médica y científica de Médico Mentor. ¿Cómo lo evitamos? “Conocer nuestro cuerpo, saber cómo funciona la respuesta del estrés y aprender a gestionarlo, es casi la única alternativa que tenemos para evitar esta situación de cansancio intenso”, explica.
6. Los efectos de la falta de agua, ¡hidrátate para evitar la fatiga!
De tus 70 kilos, 42 son agua. El corazón, los pulmones o el cerebro tienen hasta un 70% de este fluido y hacerles pasar sed, deshidratarlos, genera cansancio. Cuando no bebemos lo suficiente, el cuerpo empieza a activar el principal mecanismo de supervivencia que tenemos los humanos: la respuesta del estrés.
“Un cerebro mal hidratado es más torpe y más lento, una sangre con poca agua se hace espesa, sube la tensión arterial, los riñones no pueden llevar a cabo su función de desintoxicar… Los niveles de cortisol y adrenalina se disparan. ¿Cuánta agua necesitamos para que esto no suceda? “Entre dos y dos litros y medio diarios. Es muy frecuente encontrar estados de deshidratación leve crónicos, ya que pensamos que tomar café o té, bebidas azucaradas, zumos o alcohol ya nos hidrata y es un gran error, al contrario, todas ellas son bebidas que, en última instancia, nos deshidratan por mecanismos diversos”, explica la Dra. Lourdes Tomás.
7. Relaciones personales que desgastan
Como dice el refrán, quien tiene un amigo tiene un tesoro. Una red social sólida aporta salud. Está comprobado que vivimos más años cuando somos más sociables… Pero, ojo, a veces las relaciones humanas pueden convertirse en un factor de estrés y como consecuencia, de cansancio.
“Si en tu vida hay una relación o una amistad que te hace sufrir e intuyes que te perjudica, plantéate en serio cambiarla o cortarla por lo sano. O, como han hecho algunas de mis pacientes, plantéate dejar de comunicarte durante una temporada con esa persona que te roba energía”, aconseja la Dra. Carlton. “Para bien o para mal, nuestro corazón está conectado a las personas de nuestro entorno. Déjate guiar por tu cuerpo para ver qué relaciones con los seres queridos fomentan o destruyen tu bienestar. Haz lo mismo con tus hijos adultos, con los vecinos o compañeros de trabajo. No está en tu mano elegir a la familia, ni a las personas de tu entorno pero está en tus manos elegir la frecuencia y la forma en que te comunicas”, añade Carlton.
8. Enfermedades que fatigan
Si hemos cambiado nuestra dieta, regulado nuestros horarios y, en definitiva, estamos haciendo todo lo posible para evitar la fatiga y sentirnos menos cansadas, pero no lo conseguimos, es el momento de consultar con un profesional que descarte la existencia de patologías orgánicas que dificulten la recuperación. De hecho, el cansancio es un síntoma que puede estar presente en múltiples enfermedades como el hipotiroidismo que ya en fases muy iniciales provoca gran fatiga. Además de las deficiencias nutricionales, dos enfermedades que suponen mucho cansancio son la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica. También las sustancias tóxicas pueden ser la causa del agotamiento. “Son dañinas para el medio ambiente y para nuestro cuerpo, sobre todo para el sistema nervioso. Con frecuencia, esta exposición genera alteraciones hormonales, disfunción nerviosa y, por supuesto, cansancio”, explica la Dra. Carlton.
¿Qué te han parecido estos trucos para evitar la fatiga? ¡Ponlos en práctica!
Fuente: Marta Naval.
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