Zumo de naranja a diario
El consumo diario de zumo de naranja, clave en el mantenimiento de las funciones cognitivas subjetivas.
El consumo de frutas y verduras también se asocia con una menor probabilidad de padecer deficiencias en las funciones cognitivas subjetivas. Según un estudio sobre los efectos a largo plazo del consumo de frutas y verduras en las funciones cognitivas subjetivas, publicado en la revista Neurology
Expertos de la Universidad de Harvard han analizado los patrones dietéticos de 27.842 estadounidenses durante 16 años.
El consumo regular de zumo de naranja ha sido asociado con una probabilidad significativamente menor de padecer deficiencias en las funciones cognitivas subjetivas (SCF por sus siglas en inglés) a edades avanzadas. Así lo revelan los resultados de un reciente estudio científico llevado a cabo por investigadores de Harvard T.H. Chan School of Public Health y publicado en la revista científica Neurology.
Los resultados vinculan también el consumo de frutas y verduras con una menor probabilidad de padecer una SCF deficiente o moderada.
Los hallazgos del estudio apoyan el beneficio del consumo a largo plazo de verduras, frutas y zumo de naranja en el deterioro de las SCF.
“Los patrones dietéticos muestran también que aquellas personas que consumen una mayor cantidad de verduras, frutas y zumos de frutas (especialmente zumo de naranja) son mayoritariamente no fumadores, consumen suplementos vitamínicos, menos alcohol y llevan a cabo una mayor actividad física. Es decir, su consumo está asociado a unos hábitos más saludables”, afirma la jefa del grupo de Biociencias de los Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la doctora María Dolores del Castillo.
Los expertos analizaron los hábitos dietéticos de 27.842 hombres estadounidenses en un periodo comprendido desde 1986 a 2002. Posteriormente, se evaluó hasta en dos ocasiones la SCF de los participantes, en 2008 y 2012. Para ello se tuvieron en cuenta aspectos como: dificultades para recordar acontecimientos recientes, listas breves de cosas, seguir instrucciones orales o la facilidad para desorientarse en lugares familiares.
Según del Castillo, “el estudio proporciona una información muy valiosa en línea con los datos publicados por otros autores que asocian una alimentación a largo plazo, basada en un alto consumo de frutas y verduras, con un envejecimiento activo y saludable”.
Estudios previos1-4 sobre el zumo de fruta apoyan las evidencias de que su consumo tiene efectos beneficiosos en la cognición y la memoria en adultos con cierto deterioro cognitivo5.
Principales causas
El zumo de naranja es una fuente del carotenoide β-criptoxantina que podría contribuir a los beneficios observados. La asociación entre el consumo de zumo y los beneficios en la salud mental es más pronunciada cuanto más avanzada es la edad, por lo que este alimento sería especialmente beneficioso para personas ancianas.
Gran cantidad de nutrientes antioxidantes y componentes bioactivos (como las vitaminas A, B, C y E, los carotenoides, los flavonoides y los polifenoles), que se encuentran naturalmente en las verduras, frutas y los zumos de frutas, podrían además reducir el estrés oxidativo en las células del cerebro y prevenir la disfunción neurológica relacionada con la edad.
Referencias:
- Dai Q, Borenstein AR, Wu Y, Jackson JC, Larson EB. Fruit and vegetable juices and
Alzheimer’s disease: the Kame project. Am J Med 2006;119:751–759.
- Krikorian R, Boespflug EL, Fleck DE, et al. Concord grape juice supplementation and
neurocognitive function in human aging. J Agric Food Chem 2012;60:5736–5742.
- Krikorian R, Nash TA, Shidler MD, Shukitt-Hale B, Joseph JA. Concord grape juice
supplementation improves memory function in older adults with mild cognitive impairment.
Br J Nutr 2010;103:730–734.
- Krikorian R, Shidler MD, Nash TA, et al. Blueberry supplementation improves
memory in older adults. J Agric Food Chem 2010;58:3996–4000.
- Lamport DJ, Saunders C, Butler LT, Spencer JP. Fruits, vegetables, 100% juices, and
cognitive function. Nutr Rev 2014;72:774–789.